Opinión

“Líos” en el PRD

“Líos” en el PRD

A propósito de los hechos ocurridos en la casa nacional del PRD sostengo una tesis que he expuesto en el programa de radio donde trabajo: No es correcto, políticamente, analizar lo sucedido el 27 sin conexión con la competencia política total que se está efectuando en el país.

De manera concreta, hay que conectarlos con las luchas por la hegemonía que se dan a lo interno del PLD, sí, leyó bien, del PLD. Es evidente que el interlocutor natural de Leonel Fernández en el PRD es Miguel Vargas y, en ese sentido, es normal que el Presidente Medina procure equilibrar las cosas erigiendo a Hipólito Mejía como el suyo.

 Me resulta incuestionable que el papel, sin dudas pasivo, que jugó la Policía y que se constituyó en determinante para el curso de los acontecimientos, obedeció a una orden política para que así ocurriera. De esa forma, la aparente valentía de Hipólito Mejía al aparecerse en un escenario riesgoso, era consecuencia de la cuasi certeza que tenía de que nada le pasaría.

 No es que el Poder Ejecutivo y su jefe vayan a actuar de forma abiertamente parcializada en favor del ex presidente y en contra de Miguel Vargas, porque no se puede olvidar la importante fuerza congresual del segundo, pero es notorio que al Presidente le interesa que el juego político en el PRD no sea tan desigual por los efectos negativos que eso puede tener en la gobernabilidad, dado el hecho innegable de que las grandes mayorías perredeistas están del lado de Hipólito Mejía, como acaba de demostrar la encuesta Gallup.

 En adición, no se puede desdeñar la incidencia en la candidatura peledeista del 2016 que puede significar la continuidad del apabullamiento de Vargas sobre Mejía, en función de la ventaja que eso implicaría para Leonel Fernández por el manejo antojadizo que ha venido haciendo del presidente del PRD desde el pacto de las corbatas azules e incluso desde antes.

Eso, dicho de la manera más franca, atentaría contra el propósito de Danilo Medina de ser candidato el 2016, desaparecido el impedimento constitucional, o ser determinante en la selección de esa candidatura que, obviamente, no estaría representada por su antecesor, antítesis del proyecto de predominio que procura instaurar en el seno de su organización el primer mandatario.

 Esa ha sido, es y continuará siendo la política, entre nosotros y en todas partes: Lucha descarnada por el control del poder.

El Nacional

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