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“Los cementerios de nadie” Gutiérrez  es autor de un libro  sobre los  camposantos de RD

“Los cementerios de nadie” Gutiérrez  es autor de un libro  sobre los  camposantos de RD

Fue de gran impacto en el país la proclamación de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la  Ciencia y la Cultura (UNESCO)  declarando  como patrimonio oral e intangible de la humanidad a la cofradía de los Congos de Villa Mella.

Entonces sobrevino el interés mundial por aquellos hombres y mujeres de Villa Mella que han mantenido esa tradición única en el mundo, incluyendo a sus capitanes Sixto Minier y Pio Brazobán, ambos fallecidos.

El escritor Franklin Gutiérrez, quien ha desarrollado,  durante más  diez años, una investigación sobre los cementerios dominicanos, se encontró con camposantos de todos los tipos, desde el Ornamental de La Vega y el municipal viejo de Santiago, (ejemplos de cementerios cuidados y casi museográficos), hasta los llamados “cementerios de nadie”, caracterizados por mostrar un abandono vergonzante hasta para quienes no tienen parientes enterrados allí.

El investigador indica que “más que cementerios son vertederos óseos, poblados por difuntos a quienes ni la muerte les extirpó la carencia de posesiones materiales que estirara su estadía en la tierra, pues cargaron la miseria hasta sus tumbas.”

Añade que muchos de esos camposantos, además de tener decenas de nichos destruidos, bóvedas saqueadas, huesos tirados por doquier, hierba en abundancia y zonas encharcadas, sirven también de refugios a consumidores y distribuidores de estupefacientes, a delincuentes comunes, a bovinos y vacunos que satisfacen sus demandas alimenticias en las malezas herbáceas, a decenas de perros realengos, a propagandas comerciales y políticas, a sembradíos que alegran los estómagos de los sepultureros, y hasta a criaderos de abejas.

En Villa Mella

Uno de esos “cementerios de nadie” se encuentra en Villa Mella, y dentro del mismo, se destaca el estado lamentable de la tumba del capitán de la cofradía de los Congos.

Gutiérrez indica que desde el 30 de abril de 2008, por ejemplo, el cementerio viejo de Villa Mella es la morada de Sixto Minier, capitán de la cofradía del Espíritu Santo de los Congos de Villa Mella.

Allí está depositado entre hierbas saludables y cruces derribadas, como uno más de los incontables seres anónimos que duermen el sueño del regreso imposible en ese terreno sepulcral signado por la indiferencia de las autoridades del Ayuntamiento de Santo Domingo Norte.

 Expresa que la condición de la tumba de Minier contrasta abruptamente con la vistosidad de una estatua suya colocada en la bifurcación de las rutas que conducen al corazón de Villa Mella y al poblado de Yamasá.

La inscripción en la placa de bronce colocada al pie de la misma da cuenta de que el grupo capitaneado por él fue declarado en el 2001 patrimonio de la humanidad por la UNESCO.

Acción requerida

Probablemente ahora se pongan en tensión mecanismos de acción para darle a esa tumba la dignidad que debe guardar. En primero lugar está el Ayuntamiento de Santo Domingo Norte, (cuyos ejecutivos municipales probablemente no tengan idea del asunto), en una acción que podría ser  apoyada por el Ministerio de Cultura.

EL DATO

El 18 de mayo de 2001,  la cofradía de los Congos de Villa Mella fue declarada por la UNESCO  patrimonio oral e intangible de la humanidad.

UN APUNTE

El autor

 Gutiérrez es un escritor dominicano es ensayista, investigador literario, narrador, poeta y educador. Se licenció en Educación en la UASD en 1975. Tiene maestría y  doctorado en Literatura Hispanoamericana y Caribeña.

El Nacional

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