Opinión

1920s

1920s

La elección de Trump a la Presidencia de los Estados Unidos marca un nuevo paso hacia el rompimiento de viejos consensos económicos que podrían resultar en cambios dramáticos en los intercambios comerciales entre las naciones del mundo tal y como los conocemos actualmente. Como el Brexit antes de este, el fenómeno de la victoria de Trump podría verse replicado en Francia, Alemania y Holanda, que estarán celebrando elecciones presidenciales en el 2017. La sucesión de estos eventos tiene una marcada similitud con lo ocurrido en la década de 1920 donde la post-guerra y, eventualmente, la Gran Depresión impulsaron un vuelco político hacia el proteccionismo alrededor del mundo.

Luego de la 2da Guerra Mundial se forjó un consenso en los países de occidente para motorizar el comercio entre las naciones, materializado con el Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio de 1947 (GATT). Este acuerdo impulsó en gran medida el desarrollo de la Europa de la postguerra, y sus posteriores adendas, incluyendo el GATT 1994 (mejor conocido como la Ronda de Uruguay), extendieron ese consenso alrededor del mundo. Gracias a la enorme apertura comercial experimentada en los últimos 60 años, más de 4 mil millones de personas lograron escapar a la pobreza y el mundo ha vivido en relativa paz.

El actual sentimiento político, cuya génesis se encuentra en la Gran Recesión del 2008, amenaza con revertir los logros alcanzados en materia comercial y nos podría retrotraer al aislacionismo de los 1920s y 1930s. Pero es importante tener en cuenta que esta racha proteccionista no empezó con el Brexit o Trump, esto es apenas la radicalización de un proceso político que iniciara con el fracaso de la Ronda de Doha (2001), que tomó fuerzas con la guerra fría de divisas en los años inmediatamente posteriores a la Gran Recesión (y que algunos argumentan persiste hoy en día), y que se sintió validado con el salvajismo sancionador de Estados Unidos y Europa a empresas de uno y otro, en la mayoría de los casos por razones sin mucho sustento racional, legal o comercial.

Aún no está claro, ni en el Reino Unido ni Estados Unidos, que tan lejos llegarán sus políticos con el proteccionismo. De hecho, Trump ya está moderando mucho de su retórica de campaña y en el Reino Unido el consenso por un “Brexit suave” toma mucho más fuerzas. Pero, el avance en el libre comercio y el reciente consenso mundial por la transparencia fiscal lucen sensiblemente en peligro de ser revertidos, sino al menos detenidos por tiempo indefinido.

Si tenemos suerte, los próximos años serán de muchas promesas políticas rotas o ignoradas, y el mundo escapará a revertirse a los desastres vividos en los 1920s y 1930s. Si ello no ocurre, en cambio, lo que pudiera pasar será tan impredecible como los procesos democráticos que nos trajeron a este punto.

El Nacional

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