Opinión

2008 y su broche  de baratija

2008 y su broche  de baratija

SANTIAGO.- Al terminar el 2008, una secuencia de acciones inauditas de parte de los organismos nacionales de poder debilitó aún más la institucionalidad de una democracia intervenida por índices alarmantes de corrupción clientelista y entristecieron el panorama nacional, ya desgastado por la imprudencia y ligereza de sus poderes.

Desde la sentencia que rechaza la acción en inconstitucionalidad en contra las disposiciones de la de la Ley Electoral (275-97), referentes al préstamo de la Sun Land, hasta los indultos establecidos por el Decreto 847-08, publicado por la Dirección de Información y Prensa de la Presidencia, pasando por la alarma causada por la adjudicación de dobles sueldos y tarjetas de crédito en dólares, por quienes dirigen la Cámara de Cuentas, este fin de año puso al pueblo la sorpresa en la mano y la angustia en el corazón. Sin salir aún del asombro causado, el Poder Ejecutivo indultó a 4 de los convictos por corrupción en el Plan Renove y la ex ejecutiva del Baninter, Vivian Lubrano, condenada por cinco años por haber tenido una participación clave en el mayor robo de la historia dominicana,  sin siquiera haber pisado la cárcel.

De todas las imprudencias enumeradas, el indulto a Lubrano es sin duda el que ha causado el mayor repudio del pueblo dominicano entero, probablemente por el descarado y poco respetuoso espectáculo público, incluidas las certificaciones médicas y el montaje de varios meses representando a una enferma mental, milagrosamente curada al día siguiente de ser indultada.  El caso Lubrano ha sido también, objeto de manifestaciones que obligó a presidente a ofrecer una de rueda de prensa aclarando el sentido humanitario de la medida, una explicación que no convenció mucho y que ha dado pie a análisis de todo tipo entre las personas internautas y en los demás medios de comunicación.

Pero a estos indultos y sus consecuencias, también hay que sesgarlos al género, sobre todo el caso Lubrano, una mujer que desde el primer momento asumió un papel de madre y abuela tradicional, respaldada por una imagen de abnegación y de víctima “femenina”, que casi siempre logra conmover a la sociedad. Entonces, ¿qué pudo fallar en la representación de Lubrano?

Nadie niega que esta señora padezca de los espantos dichos y certificados, porque es lo que a cualquier persona condenada a ir a la cárcel le pasa, sea hombre o mujer, rica o pobre, lo que molesta es su persistente actitud manipuladora, dirigida a explotar el imaginario social a partir de las “debilidades” femeninas, situación que empeora a partir de la única intervención de ella en la prensa, dada telefónicamente a la Z-101, después de que el presidente hablara.

En su entrevista telefónica, con una voz y actitud para nada deprimidas, describiendo hasta su cutis, “acabado y lleno de hoyos” por la alergia a no sé qué, entre otras cosas, Lubrano entiende que la culpa es del pueblo que no la quiere y al que invita a “fusilarla” en una plaza, pueblo al que nunca pidió perdón. ¡Tremenda metida de pata!

Sin justificar a las autoridades por el indulto a Lubrano y sin creer tampoco en las motivaciones humanitarias que las llevaron a prescindir de la opinión de la propia Comisión de Indultos, preferimos creer que la manipulación establecida es tan grande que no les permite correr el riesgo de que esta señora muera en la cárcel, aunque nadie se lo crea. Sin embargo, hay que recordar que ese riesgo  por enfermedades que les “espantan”, se corre también con los más de 17, 000 presos y cientos de presas, en las cárceles del país, que no tienen el padrinazgo, madrinazgo y apoyos generales con que cuenta  Lubrano.

Comenzando este nuevo año y como colofón al día del Poder Judicial, las autoridades podrían reivindicarse si rectifican la medida de los indultos todos, con Lubrano a la cabeza, y en el sentido de desarrollar las dotes humanísticas de las incumbencias, establecen visitas a todas las cárceles del país, relevando el número de personas enfermas y “espantadas”, diagnósticos y pronósticos incluidos, preparando “perdones por razones de humanidad” para las personas con dolencias verdaderas e incontrolables.

A los   del Plan Renove y a Lubrano, ¡que se dejen de payasadas! Ellos, por ser ladrones probados y ella además, por tratar de explotar el imaginario con sus pretendidas “debilidades femeninas”. La cárcel es para quien la merece y de acuerdo a los resultados del juicio público, oral y contradictorio,  establecido como cosa ya juzgada, ¡esta gente tiene que ir a la cárcel!

(susipola@gmail.com)

El Nacional

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