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Prepararse para la muerte no es sólo decisión espiritual sino también económica

Prepararse para la muerte no es sólo decisión espiritual sino también económica

Cuando llega la muerte no hay vuelta atrás. Allí termina la existencia terrenal para una persona e inicia el camino de dolor y duelo de quienes le acompañaban y amaban, trayecto que a veces se hace tormentoso para los deudos por los trámites del entierro, la compra de un sepulcro o la contratación de un obrero que lo acondicione, así como el pago de altas sumas de dinero imprevisto en un momento en el cual quien hace esas diligencias lo que quizá necesita es consuelo, un buen hombro para llorar.

Ante esta realidad, el presidente del Parque Cementerio Puerta del Cielo, Leonardo Vargas Pimentel, explicó la importancia de estar preparados para ese momento, ser previsores y elegir una morada final propia o familiar para descansar con dignidad. “La muerte es un paso que debe ser con dignidad y en paz”, destacó.

En el país también existen seguros funerarios y planes de pre-arreglo con funerarias que evitan a las personas tomar decisiones en momentos emocionalmente complicados.

La funeraria Blandino explica en su página de Internet que en el país el 95 por ciento de los fallecimientos sorprende a las familias sin haber conversado sobre la muerte, saber cómo le hubiera gustado a su ser querido que lo recordasen y sin planificación alguna.

El camposanto que dirige Vargas Pimentel brinda desde hace más de 10 años servicios de inhumación a nivel privado en Santo Domingo, un concepto de cementerio con bóvedas soterradas y con servicio orientado al acompañamiento, la espiritualidad y la seguridad, tanto para el que acude al cementerio a honrar la memoria del fallecido, como para los restos de la propia persona que allí reposa.

“Cuando hay un fallecimiento las personas están muy lastimadas, por eso todos los empleados de aquí deben hacer cursos de la psicología del duelo en el cual se preparan para lidiar con las fases de esa etapa como la negación, coraje o ira, pena y confusión…”, sostuvo.

Explicó que aparte de las ventajas económicas de adquirir un panteón con tiempo, a parte del financiamiento que pueden obtener, también está la certeza de que cuando llegue el momento de usar estos servicios encuentran un equipo dispuesto y con todos los elementos necesarios disponibles.

“Cuando llega aquel momento tú simplemente coges el teléfono y dices soy el contrato tal y lo voy a utilizar; estaré en la funeraria tal. Entonces una asesora o una consejera nuestra pasa allá, e inmediatamente aparecen carpas, hombres uniformados, música de fondo, sillas, café agua, todo”, expresó en una entrevista en las oficinas administrativas del cementerio ubicado a la altura del kilómetro 22 de la autopista Duarte, en la carretera La Cuaba.

Calificó como algo muy triste que en los cementerios públicos las familias deban romper los ataúdes y quitarle cualquier accesorio para disuadir a los profanadores que roban féretros para venderlos, así como para comercializar cualquier objeto de valor con el cual hayan sepultado a la persona, o peor aún, para robar los esqueletos y con ellos hacer hechicería. “En los cementerios que no hay seguridad la gente se siente atemorizada de lo que les pueda pasar allí”, apuntó.

Traslados

Vargas Pimentel sostuvo que Puerta del Cielo recibe muchas solicitudes de traslados de los cementerios públicos, un procedimiento que toma unos dos días solicitando permisos en Salud Pública y el Ayuntamiento.

Aseguró que el parque cementerio que dirige ha tenido gran acogida por la necesidad de los ciudadanos de dejar los restos de sus familiares en un sitio digno, con una seguridad, tranquilidad y paz.

Condiciones

“Los cementerios no deben estar en las ciudades y menos cerca de donde hayan ríos y agua porque todo esto bajo el nivel freático es contaminante para el medio ambiente. Nuestros terrenos son terrenos secos y nuestras tumbas que fabricamos nosotros mismos están supervisadas bajo los estándares de Estados Unidos e internacionales para que no haya contaminación, para que la persona nunca se vea con ningún tipo de peligro”, indicó.

Etapas del duelo

Cuando una persona enfrenta la pérdida de un ser querido puede atravesar varias fases hasta el momento que finalmente acepta la nueva e irremediable situación.
Las etapas del duelo son negación, enfado, indiferencia o ira, negociación, dolor emocional y aceptación, aunque estas no siempre ocurren en el mismo orden y toman tiempos que van desde las dos semanas a los seis meses, explican los psicólogos.
En la negación el individuo se niega a sí mismo o al entorno que ha ocurrido la pérdida, luego llega el enfado, indiferencia o ira, que es el estado de descontento por no poder evitar lo que sucede, en este período se suelen buscar razones causales y culpabilidad.
La siguiente etapa es la negociación, en la cual la persona concilia consigo mismo o con el entorno, entendiendo los pros y contra de la pérdida. Se intenta buscar una solución a la pérdida a pesar de conocerse la imposibilidad de que suceda.
Otra de las fases es el dolor emocional, en la cual se experimenta tristeza que puede llegar a episodios depresivos, y como última etapa del duelo está la aceptación, en la que se asume que la pérdida es inevitable.