Opinión

Vivencias cotidianas de allí y aqui

Vivencias cotidianas de allí y aqui

Ángela Conde, promesa española del arte de la interpretación
Actriz, narradora de sus propios cuentos y profesora de teatro. Da talleres de iniciación a la improvisación para aficionados y actores que quieran mejorar su talento.
Nació en Sevilla de padre médico, José Mª Conde, y madre enfermera, Piedad Benítez, el día 23 de julio de 1978. Sintió la llamada del arte de la interpretación desde pequeña. Fue al colegio Aljarafe, en Sevilla, un colegio donde el arte dramático era una asignatura obligatoria, y descubrió los textos clásicos de la mano de su primer maestro de teatro, Ramón Resino, al que recuerda con especial cariño. Gustaba mirarse al espejo y verse llorar, reír y sentir miedo.

Físicamente es muy agraciada pero, además, tiene lo que se dice “garra”, en el sentido de que, cuando estás con ella el tiempo pasa volando por su simpatía, su nivel cultural, su interés por aprender más y su dulce forma de moverse incluso cuando le está, simplemente, sirviendo un café a uno.

-¿Cuándo fue la primera vez que recuerdes en la que sentiste esa “llamada” del arte interpretativo? Cuéntame un poco cómo fue tu experiencia y si ocurrió, entonces, alguna anécdota digna de mencionar…
-No recuerdo cuando decidí que quería ser actriz, tengo la sensación de que siempre quise serlo.

Mis padres me llevaban al teatro desde pequeña, y no sólo al teatro infantil, tuve la suerte de disfrutar de La fura dels Baus, Els joglars, el Brujo y mucho otros artistas. Me fascinaba ver cómo se transformaban para contarnos otra verdad. Por eso cuando mis padres “sufren” mi profesión siempre les digo que fue culpa de ellos, ¡jajajajaja!

-¿Cuál es tu mayor meta en el terreno profesional?

Me dedico a ser actriz porque no sabría hacer otra cosa, porque me hace sentir mejor, más empática, estar presente en la vida, ser observadora, intuitiva, escuchar a los demás, ser más sensible. También porque acerco sentimientos y emociones al público. Hacer que rían, lloren, reflexionen produce un placer inigualable que no tiene precio. Pienso que la única rebelión posible viene a través del arte y de la educación. Me gusta la música y he cantado en algunos grupos, aunque nunca lo tomé en serio.

Pero desde hace algunos años encontré la forma de unirla al teatro descubriendo la impro musical, de la mano de dos maestros, Pau Pérez y Ángel Cantizani ( Al tran trán). Aprendí con ellos y luego seguí investigando por mi cuenta. Ahora imparto clases sobre el tema.

-¿Me puedes contar algo sobre tu vida privada o prefieres mantenerla al margen?

Soy madre de Julia, una niña de 5 años y compagino mi profesión con la actividad que la maternidad requiere. A veces viene a trabajar conmigo y otras se queda con mi madre que me ayuda muchísimo.

Quería ser mamá pero la profesión me frenaba, hasta que leí la biografía de Pilar Bardem en la que cuenta sus cuitas en el teatro con sus tres hijos y pensé “Si ella pudo, yo también”. Y, aunque a veces es difícil pues la agenda de una actriz no es estable, y la economía tampoco, el esfuerzo merece la pena por esos dos amores de mi vida: mi hija y el teatro.

Ángela tiene tres compañías de teatro, Bicharracos ( teatro familiar), Doctores de la Impro y Estoy Rara que, en YouTube, se ha convertido en una innovación en las redes.

El Nacional

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