Brasilia, 4 may (EFE).- Los senadores que analizan si existen méritos jurídicos para un juicio político contra la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, volvieron a moverse hoy sobre las líneas dictadas por sus respectivos partidos y repitieron los discursos que arrastran desde hace meses.
En los pasillos del Senado, el gobernante Partido de los Trabajadores (PT) insistió, una vez más, en la tesis del “golpe de Estado”, pese que fue totalmente desmontada por el senador Antonio Anastasia, instructor del caso que hoy recomendó la apertura del proceso contra la mandataria.
Según Anastasia, “nunca se vio un golpe con derecho a la amplia defensa y al principio de la contradicción, con reuniones claras, transmitidas en vivo por televisión, con derecho a la palabra para todos los actores políticos y con sus procedimientos dictados por la Constitución y el Tribunal Supremo”, que supervisa el trámite.
El senador del PT Lindbergh Farias, líder estudiantil durante el ‘impeachment’ que destituyó al expresidente Fernando Collor de Mello, en 1992, pronunció hoy un exaltado discurso en una de las escaleras del edificio legislativo.
Las palabras de Farias fueron repetidas una a una, a modo de altavoz, por una treintena de manifestantes, que irrumpieron en los pasillos del Senado al grito de “no habrá golpe”.
Para el legislador, el informe presentado hoy a favor de la apertura de un proceso contra Rousseff es “frágil”, porque, como defiende el Gobierno sin cesar, la presidenta no cometió “ningún crimen de responsabilidad”.
“Están cometiendo el mismo error que en la Cámara de Diputados”, que el pasado abril votó a favor del proceso contra Rousseff y le pasó el caso al Senado, que la semana próxima deberá decidir sobre el asunto con base en el informe redactado por Anastasia.
En caso de que en el pleno de la Cámara alta la mayoría simple de los 81 senadores acepte iniciar el proceso, Rousseff será apartada de su cargo por 180 días, período en el que sería substituida por su vicepresidente y ahora adversario político, Michel Temer.
Si la presidenta es finalmente destituida en el propio juicio, Temer completaría el mandato que vence el 1 de enero de 2019.
Esa posibilidad también fue criticada hoy por la senadora del PT Fátima Bezerra, quien advirtió que el partido “continuará resistiendo”, como ya ha dicho la propia Rousseff.
“Estamos ante un fraude jurídico, una farsa política”, aseguró Bezerra, aclamada por los manifestantes.
En las antípodas del discurso del PT está la oposición, que tiene entre sus partidos más importantes al Demócratas (DEM), formación de derechas que siempre ha mantenido un tono duro contra Rouseff.
El senador del DEM Ronaldo Caiado destacó a Efe que la presidenta cometió un “grave crimen” para “mantenerse en el poder” y recalcó que el “delito” va más allá de las maniobras fiscales en las que se apoya la oposición para exigir la apertura del juicio político.
“Para mantener su proyecto de poder, quebraron Petrobras, contuvieron el precio de la gasolina, que era irreal, y realizaron todo tipo de préstamos”, sostuvo.
Desde el opositor Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), su jefe en el Senado, Cassio Cunha Lima, se apoyó en artículos constitucionales para defender la destitución de la jefa de Estado.
Cunha Lima recalcó que la tesis del “golpe” forma parte “del discurso político de quien no consigue defenderse judicialmente”.
La “idea del golpe es un pensamiento de izquierdas para sensibilizar a la izquierda del mundo. Es proselitismo político puro. Brasil esta demostrando respeto por sus instituciones, está cumpliendo la ley y está fortaleciendo la democracia”, señaló.
