Opinión

 A los pendejos (con cariño)

 A los pendejos (con cariño)

Un pueblo ignorante y hambriento, embrutecido por la radio y la televisión, las telenovelas y el estúpido cine criollo, no encuentra el camino hacia su liberación. De algún modo está condenado al pendejismo, que parece ser una categoría histórica en la República Dominicana.

Los pendejos bailan y ríen en la calle. Aplauden, saltan y ríen cuando llega la luz después de horas de apagones financieros. ¡Qué pendejos!

Los pendejos disipan sus penas en los estadios de béisbol, en los colmadones y los prostíbulos.

Los pendejos juegan su suerte en las bancas de cada esquina sin saber que siempre perderán.

Para los pendejos hay más bancas que escuelas y hospitales.

El narco y el micro tráfico han llegado hasta los barrios para llevarle muerte y desolación a los pendejos. (Drogados hasta el delirio no podrán liberarse nunca)

Para los pendejos las migajas del robo y la corrupción en el Estado que enriquece a dirigentes políticos y funcionarios. (La miseria de los pendejos es la riqueza de muchos políticos ladrones).

Mientras los pendejos sigan actuando y pensando individualmente,  y no colectiva y masivamente, serán pendejos toda su vida, igual que sus hijos.  El pendejismo es una herencia maldita y fecunda.

Solo cuando los pendejos hagan conciencia de su condición de pendejos y  decidan organizarse en todos los rincones del territorio nacional para iniciar una lucha, dirigida por ellos mismos (los pendejos); entonces, y solo entonces, podrán dejar de ser pendejos, podrán liberarse del miedo y la explotación salvaje que los condena a la pobreza eterna.

¡Si los pendejos se unen, y luchan, dejaran de ser pendejos!

El Nacional

La Voz de Todos