Un día como hoy agradezco a Dios y a la providencia el permitirnos celebrar un año mas de vida, que lo recibimos como un regalo divino de nuestro creador.
A mis ochenta años, quién diría, que llegaríamos a esta cima dorada, enfrentando siempre al destino, y acumulando en las canas, las vivencias del camino. He aprendido que la vejez tiene sus ventajas, porque en esta cima dorada, no hay espacio para la mezquindad, las pasiones se convierten en paz, y de los desengaños sus espinas, florecen en humildad.
En esta nueva oportunidad de la vida, con mis memorias repletas, alcanzando todas mis metas y cumpliendo con mi deber, no me arrepiento de nada del ayer, porque nuestra acción y aspiración, fue no traicionar mi conciencia. Nuestra mayor riqueza es mi familia, y mi mayor legado, fue predicar con el ejemplo y convertir en un templo, lo justo y lo sagrado.
He aprendido que la vejez tiene sus ventajas
Mañana viernes 25, en vez de hoy 24 de noviembre que es la fecha acostumbrada, celebraremos nuestro 80 años, en casa de nuestra querida y única hermana Adriana Taveras y sus esposo José Germosén, ese gran constructor mocano, quienes son como mis hijos, y nos honrarán con este nuevo festival de afectos, acompañados informalmente de entrañables amigos y familiares queridos.
En otro orden queremos felicitar a los nuevos integrantes de la Junta Central Electoral, presidida por ese ilustre magistrado, doctor Julio Cesar Castaños Guzmán y otros demás notables elegidos, quienes estamos convencidos harán un loable papel en sus delicadas funciones.
