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A pesar de ser gran metrópolis Berlín es una ciudad de calles solitarias

A pesar de ser  gran metrópolis Berlín es una  ciudad  de calles solitarias

No es que la capital alemana sea insulsa, sino que todo parece indicar que no ha superado la depresión y el trauma que dejó en la región oriental la Guerra Fría

 

BERLIN, Alemania. A pesar de ser Berlín la ciudad más poblada del país, 3.5 millones de habitantes, y tener una fabulosa oferta recreativa y cultural, sus calles, principalmente en el Este, son solitarias y silenciosas. No es que la capital alemana sea frívola e insulsa, sino que parece indicar que no ha superado la depresión y el trauma que dejó en la región oriental la administración de la antigua Unión Soviética tras el final de la Segunda Guerra Mundial en 1945.
Sin embargo, resaltan los grandes proyectos de construcción en desarrollo para oficinas, comercios y residencias, enfocados más en la zona Este de la capital, el territorio más deprimido de la urbe.

Es una ciudad para explorar y conocer sus infinitos encantos y es todo un referente en la tecnología, el comercio y la política europea. Es la quinta aglomeración urbana entre los países de la Unión Europea.

Fundada en 1237 al noreste de Alemania, fue la capital del Reino de Prusia, un Estado que existió desde 1701 hasta 1918. También del Tercer Reich, que describe el régimen nazi, de Adolfo Hitler en ese país, que se extendió desde el 30 de enero de 1933 al 8 de mayo de 1945. Con los nazis se acabó con la República de Weimar, una democracia parlamentaria vencida después de la Primera Guerra Mundial.

Luego de la Segunda Guerra Mundial, la ciudad fue dividida; la parte este de la ciudad se convirtió en la capital de la República Democrática Alemana, mientras que la región oeste de la ciudad se convirtió en un enclave de la República Federal de Alemania en el interior de la Alemania Oriental. Su capital fue establecida en Bonn.

Berlín por su centro cultural y artístico de primer nivel tiene una categoría mundial. En 2006 fue elegida Ciudad Creativa por la Unesco y en el 2009 recibió el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia.

Desde la reunificación durante 1989 y 1990, Berlín ha evolucionado notablemente y una cualidad de su gente es la tolerancia, como me expresó en un fluido español berlinés Gustav Illing durante la Feria Turística ITB Berlín 2016, en la que República Dominicana, representada por el Ministerio de Turismo, participó con un pabellón de 300 metros y de dos niveles.

Illing, quien formaba parte del staff de una línea aérea representada en la feria, dijo que Berlín es pionera en muchos aspectos por naturaleza y por necesidad, “se alimenta de los cambios de tendencias, circunstancias y gustos, y los procesa convirtiéndolos en el nuevo espíritu, que luego exporta al resto del país y del mundo”.

En su opinión es una ciudad seductora a la vez, con un impulso creativo y joven, con contrastes fascinantes.
En un recorrido pude notar su hermosa arquitectura de estilo barroco, una gran parte edificada durante el reinado de Federico el Grande. Durante esa época, no solo se construyó el Palacio de Sanssouci, sino también las instalaciones del bulevar Unter den Linden, la actual “Bebelplatz” que está en el corazón de la capital.

Este rey, acusado de afeminado por su padre Guillermo Federico, era versado en arte, diseñó numerosas construcciones y ejerció siempre una influencia sobre las tareas arquitectónicas.

En las calles no se notan públicamente agentes de seguridad ni policías de los que regulan el tránsito, por lo que aun con esas ausencias no se cometen asaltos de raterías ni desorden en el trafico de vehículos.

Predominan los vehículos pequeños de baja cilindrada y las bicicletas que tienen un carril especial en las grandes avenidas.
Es una ciudad reforestada, como la mayoría de las capitales europeas, y se destaca el aseo en sus vías.

Para subir al metro, el usuario compra un ticket en una máquina y luego tiene que validarlo en un apartado en la misma estación.
Entra al tren sin ningún control para verificar si compró el boleto, pero si deja de validarlo y es sorprendido por un policía, que podría exigirle la presentación, es multado con 80 euros. Esa infracción es considerada como un delito grave contra la Alcaldía.
Los centros comerciales no abren los domingos como en las grandes urbes europeas.

A pesar de su reserva, los cambios históricos de los últimos cien años se perciben claramente en el rostro de la ciudad. Su belleza reside en la decadencia, esa mezcla de lo nuevo con lo antiguo y semiderruido. También en la libertad que se respira en contraposición con la rigidez que se observa en el ambiente. Eso la hace una ciudad diferente al resto de Europa.

UN APUNTE

Puerta de Brandeburgo

La Puerta de Brandeburgo es la entrada a Berlín y uno de los principales símbolos tanto de la ciudad como de Alemania.

Está situada en el centro actual de la ciudad, en la Plaza de París, formando el final de la avenida Unter den Linden y marcando el comienzo del gran parque Tiergarten y de la avenida Straße des 17.

Juni. En las cercanías también se encuentran el Reichstag y la Potsdamer Platz. Importantes sucesos en la historia de Berlín están ligados a la Puerta de Brandeburgo.

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La Iglesia del Recuerdo que quedó destrozada por las bombas de los aliados durante la II Guerra Mundial.

El Nacional

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