Opinión

A PLENO SOL

A PLENO SOL

Las venideras elecciones serán decididas por los jóvenes. ¿Cuál es la suerte de los jóvenes que ahora tienen 18 años y al momento de votar llegarán a los 21? ¿Qué espera a los muchachos de  quince años y que en tres tendrán derecho a participar en los comicios? La juventud de hoy tiene las manos atadas. No hay futuro a la vista para ella. Hay déficits de empleo, se abandonan las carreras universitarias, no se entra a las carreras técnicas buscando el chiripeo, mientras crece la delincuencia y la prostitución.

La juventud se va levantando con un inmediatismo que no permite ver horizontes. No ve futuro, ni está trabajando para ello. No hay un agente que le permita abrir las puertas a cambios estructurales.

La muerte de las ideologías sepultó la brecha por donde la juventud esperaba conseguir un futuro mejor.

Hoy por hoy, la juventud se mueve a golpe de música estruendosa, los colores de ropa comprada en baratillo, o dar el salto, los que tienen condiciones, en  el béisbol. Los demás son caminos cerrados.

Lo partidos políticos y los grupos empresariales no aplican correctivos. Nos preocupa la delincuencia, pero es de la desatención social que surgen los ladrones, los delincuentes, los pandilleros, las prostitutas.

Puede haber una tierra de redención, si desde ahora se comienza a trabajar por mejorar las condiciones de vida de esa juventud. No llega a ser una juventud rebelde y sin causa. La mayor parte de nuestros muchachos no son rebeldes y no tienen causa.

La demogogia electoral, no solucionará los problemas, hará más desamparados a nuestros jóvenes que seguirán auscultando en lontananza una luz que nunca brilla, donde no hay fuerzas para la rebeldía ni espacio para una causa.

El Nacional

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