Opinión

A rajatabla

A rajatabla

Asunto de vida o muerte

 

La unidad al interior del Partido de la Liberación Dominicana y de esa organización con el Gobierno es asunto de vida o muerte para la todavía endeble democracia política, porque si el PLD sufre una crisis de tinte divisionista, el espacio democrático quedaría a la deriva por la inhabilidad de la oposición para asumir el control del carruaje gubernamental.

Lo que se debe promover en el PLD y en su gobierno es unidad en la diversidad, un ejercicio democrático propositivo, plural, critico, pero no ofensivo; contestatario, pero sin truculencia, golpe bajo, o abuso de poder, ni desde el Partido ni desde el Estado. Todos deberían partir de la premisa de que gobierno y partido deben halar la cuerda en la misma dirección.

Dentro del PLD se debería promover y fomentar la unidad y la democracia, así como la identificación plena entre partido y gobierno, en el entendido de que por ese camino se llega al triunfo en 2016 y se ayuda a consolidar a la democracia y alcanzar el anhelado estadio de prosperidad, equidad y justicia.

Los dirigentes y líderes peledeístas que expresan interés en ser seleccionados candidato a la Presidencia de la República, deberían basar sus discursos en la divulgación de lo que harían si llegan a ser favorecidos, primero por el Partido y después por el electorado.

Todos los temas, problemas o divergencias dentro del PLD y del Gobierno pueden y deben debatirse en un clima de absoluta libertad, pero con respeto a la palabra compañero, de que hablaba el inolvidable Amiro Cordero Saleta.

Las encuestas demuestran quienes dentro del PLD y del Gobierno tienen los mayores afectos del electorado, pero lo más importante debería ser que la población muestra satisfacción por el Gobierno y por el Partido, logros que no deberían perderse en laberintos de tempranas ambiciones personales.

En vez de puñaladas traperas o de embadurnar el discurso político con mentiras o medias verdades, líderes y dirigentes del PLD deberían pregonar en sus campañas electorales que los gobiernos de ese partido evitaron que la crisis financiera mundial (2008-2013) triturara a la economía, que impulsaron la modernidad en términos de infraestructura y de superestructura jurídico político.

Además de promover unidad, esos dirigentes deberían proclamar con orgullo que el Gobierno impulsa una revolución educativa y social, basada en la redistribución del ingreso, la democratización del crédito y la promoción de las más amplias libertades públicas.

La democracia requiere de un gobierno eficiente, transparente y popular, como el de Danilo, pero también un partido unido, progresista, respetuoso, orgulloso de su obra política que incluye 14 años de progreso, democracia y libertad.

El Nacional

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