Opinión

A rajatabla

A rajatabla

Sobre las mismas bases de un régimen de inequidad tributaria y fiscal, el Gobierno ha diseñado un Presupuesto General del Estado para el 2016, basado en el propósito de garantizar sostenibilidad a las finanzas públicas, o algo así como hacer magia para mantener equilibrio entre ingreso y gasto.

Resulta muy difícil estructurar un Presupuesto basado en control o reducción del déficit fiscal con capacidad para financiar una parte de las urgencias nacionales, si de arrancada se sabe que esas necesidades financieras alcanzan el 24% del PIB y los ingresos solo el 14%.

Es como si el marido le pidiera a su mujer que con cinco mil pesos supla requerimientos del hogar que suman 15 mil pesos, porque el problema no está por el lado del gasto, sino del ingreso, como ocurre ahora, que la presión fiscal solo llega a 14%, pero las obligaciones de las finanzas públicas son del 24%.

El Gobierno ha hecho malabares y maravillas en la distribución de un Presupuesto General que apenas se incrementa en 2.9% con relación al que se ejecuta este año, aunque el déficit o financiamiento se reduce de 2.8% del PIB a 2.5%, lo que indica que en término proporcional es prácticamente el mismo monto de 2014.

De esos 17 mil millones de pesos adicionales, solo el cumplimiento de la ley del 4% a la educación se lleva más de diez mil millones, pues la asignación al Ministerio de Educación se elevara de 109 mil a 119 mil millones, en número redondo.

De los siete mil millones sobrantes, cinco mil han sido consignados a la cartera de Salud. Lo demás es magia y maravilla en el arte de quitar y poner, especialmente para procurar más dinero para el Gabinete Social y al Fondo de Desarrollo Agropecuario (Feda), que se ha convertido en santuario de la equidad presupuestal.

Todos reclaman del Gobierno elaborar un Presupuesto equilibrado, con superávit primario, pero al mismo tiempo que financie la Seguridad Social, que aumente los salarios, que incremente el crédito a las Pymes, que construya la presa de Monte Grande, la autopista Cibao sur y mil obras más.

Pero a pocos se les ocurre pensar o plantear que si no se aborda el problema por el lado de aumentar los ingresos fiscales nunca será posible satisfacer ni mínimamente tan creciente demanda de peces y panes. El problema es que el ingreso es de 14% del PIB y los requerimientos de inversión suben al 24%.

El Nacional

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