Opinión

A rajatabla

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Líderes y partido

La dirección del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) tiene el ineludible compromiso de gestionar solución a la crisis surgida en la última reunión de su Comité Político, por vía de un acuerdo global que evite daños colaterales mayores a la imagen del gobierno, a la institucionalidad, a la economía y al propio Partido.

Lo primero que debería preservarse es la fortaleza del liderazgo peledeísta, cuya máxima expresión lo representa las figuras Danilo Medina, como presidente de la República y Leonel Fernández como presidente del Partido, estadistas, cuyos nombres están vinculados con el progreso y el fortalecimiento del espacio democrático.

No creo mucho en los improvisados soldados que cortan orejas como muestra de lealtad y compromiso, porque son los mismos que antes de que cante el gallo niegan tres veces a su mentor.

Yo prefiero que la firmeza de los principios se vincule con un sólido espíritu de unidad, aun en momentos cuando muchos creen escuchar el clarín de la guerra, porque unos y otros deberían tener en cuenta que los adversarios están fuera de las murallas.

La discusión en torno a una posible modificación de la Constitución para insertar la figura de la reelección presidencial, involucra a toda la sociedad, incluido por supuesto a partidos políticos representados en el Congreso, por lo que ese tema sobrepasa los linderos de partido oficial.

Al PLD le corresponde dirigir ese debate, por lo que no puede dar muestra de debilitamiento interno, al menos no en la magnitud que se expresa después de la reunión del CP del domingo, porque entonces el liderazgo morado cedería sus niveles de influencia a cualquier franquicia que en un momento determinado tenga la posibilidad de desatar el nudo gordiano.

El edificio de la reelección no puede erigirse sobre el féretro político de Leonel Fernández, como tampoco quienes se oponen a esa pretensión, le asiste derecho de lapidar la figura de Danilo Medina, pues ambos líderes son figuras emblemáticas indisolublemente vinculadas al buen nombre del PLD. Cualquier solución que se explore o resulte de algún consenso debe garantizar la fortaleza de los liderazgos de Leonel y Danilo.

No crean ustedes que respaldo algún tipo de acuerdo filisteo o hijastro de conveniencias particulares o de grupo; por lo que abogo es por una solución institucional que no drene la unidad del partido y que coloque en primer término los intereses de la democracia global.

Danilo y Leonel están compelidos a procurar fórmulas de avenencia, a fomentar el diálogo sustentado en espíritu unitario, única manera de evitar un choque destructivo entre infanterías de intolerancia y sectarismo. Los líderes construyen, no destruyen.

 

El Nacional

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