Opinión

A rajatabla

A rajatabla

Orión Mejía

Discurso de dignidad

 

Con su histórico discurso ante la Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno del Sistema de Integración Centroamericana (Sica), en el que advirtió que República Dominicana no se plegará al descrédito y chantaje que se urde desde el exterior, el presidente Danilo Medina logra unificar a la nación en torno a la defensa irrestricta de su nacionalidad.

El mandatario supo combinar la firmeza de los principios con una detallada explicación a sus colegas de la región sobre los alcances de la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el tema de la nacionalidad y la ejecución del Plan Nacional de Regularización Migratoria.

Lo primero que el Presidente desmontó fue la propagada infamia de que más de 200 mil hijos de inmigrantes indocumentados quedarían en situación de apatridia, al señalar que casi de la mitad de ese grupo, son hijos de un padre o madre dominicana, por lo que tienen garantizada la nacionalidad.

Otro segmento de ese conglomerado obtuvo su nacionalidad por vía de inscripción de buena fe en el Registro Civil, lo que fue avalado por la sentencia del TC, mientras las personas restantes obtendrían la naturalización por la vía que dispone la ley.

El Presidente supo interpretar la indignación que ha causado en la colectividad nacional la infamia haitiana de que el programa de regularización migratoria conllevaría a una crisis humanitaria en Haití, así como el chantaje del alcalde de Nueva York, de convocar a un boicot contra el turismo dominicano.

Con su advertencia de que “no vamos a permitir que continúe esta campaña sucia y de descrédito” y de que se anuncie “una crisis humanitaria inexistente”, el jefe de Estado recogió toda la dignidad y honra dispersas por el territorio de la patria de Duarte.

La advertencia presidencial va dirigida también a algunos litorales oficiales que no han pretendido hacer causa común con una mentada sociedad civil comprobadamente al servicio de intereses foráneos que lapidan la soberanía de la República.

El Presidente ha dicho con toda claridad que al final de este año, cientos de miles de personas tendrán una documentación y unos derechos que no tenían en 2013, pero también ha expresado con la firmeza necesaria que se aplicara la ley de migración.

Hacía falta que el jefe de Estado hablara a nombre y en representación de todos los buenos y verdaderos dominicanos y mandara al carajo, como felizmente lo hizo, a los halcones imperiales y sus acólitos que reeditan la campaña de chantaje y descrédito contra un país que ha sido siempre solidario con Haití.

El Nacional

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