Opinión

A rajatabla

A rajatabla

De tripas, corazón

Los partidos deberían promover una amplia discusión sobre el tema de la fiscalidad, en el entendido de que no sería posible promover crecimiento, desarrollo, e inclusión, sin un nivel de presión tributaria que se corresponda, con la alta rentabilidad de un sector de la economía y con la imperiosa necesidad del Gobierno de invertir para revertir pobreza.

La economía crece como los espaguetis y en esa misma proporción decrecen los ingresos tributarios, con el agravante de que la clase media acarrea el mayor peso de la carga tributaria, lo que quiere decir que el sistema impositivo dominicano golpea más desde la cintura hacia abajo.

En América Latina el promedio de presión tributaria (los ingresos tributarios en proporción al PIB) es de 21%, siete puntos menos que el prevaleciente en República Dominicana (14%), con el agravante de que influencia e impunidad promueven evasión y elusión fiscal, que se estima en más de 50 mil millones de pesos en los últimos siete años.

El discurso de políticos y economistas solo promueve reducción y calidad del gasto, lo que sin dudas es bueno, pero adrede se silencia el evidente cuadro de una estructura impositiva injusta e ineficaz, basada en la fórmula de que quien gane más, paga menos.

Una economía pobre y vulnerable como la nuestra se desangra con más de 300 mil millones de pesos al año en exenciones y exoneraciones fiscales, la mayoría de las cuales no impactan decididamente en la generación de empleos o en la mejoría de vida de los sectores vulnerable.

Lo antes escrito sirve para sustentar el criterio de que en tres años, el Gobierno del presidente Danilo Medina ha hecho milagros en la ejecución del gasto público, algo así como multiplicar panes y peces, porque ha logrado emprender una modesta, silenciosa, pero sostenida revolución social.

Si me preguntaran cuáles han sido los logros más relevantes en el trienio de Danilo, yo diría que el impulso a la educación, la democratización del crédito y el respaldo directo del gobierno a sectores organizados de la agropecuaria, la agroindustria, artesanía y comercio.

La generación de más de 350 mil empleos de calidad o durables, la inyección de casi nueve mil millones de pesos en crédito a la micro empresa, la creación de un banco de segundo piso (Reservas del país) para financiar a cooperativas y otras Ongs productivas, es otro logro importante.

Danilo ha sido un Presidente sencillo, austero, sensible, que con los magros ingresos tributarios, ha hecho de tripas corazón. Faltan muchas cosas por hacer, para lo que se requiere mayor presión tributaria en los anaqueles altos de la economía, los llamados a financiar la lucha contra la pobreza.

El Nacional

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