Opinión

A rajatabla

A rajatabla

Orión Mejía

El candidato perdedor.-

Convocaron casi al mismo tiempo: Abinader en un hotel a las 10:00 de la mañana e Hipólito, a las 3:00 de la tarde, en su finca de San Cristóbal, pero el primero quiso adelantarse al otro con un discurso áspero, incendiario, y desestabilizador, con el que creía enviaba clara señal de que el antiguo PPH estrenaba un nuevo líder.

Después exigir la expulsión de los miembros de la Junta Central Electoral (JCE) y del Tribunal Superior Electoral (TSE), como condición para que prevalezca la gobernabilidad, el candidato perdedor emprendió un peligroso periplo de agitación ante Juntas Municipales, en cuyo entorno se produjeron sucesos de violencia.

Todos los sectores de la sociedad han reclamado el cese de ese pregón de violencia.

Hipólito reunió a la mayoría de los candidatos a puestos congresuales y municipales del PRM, a los que se dice arengó a pelear en las calles por sus alegatos de triunfo, pero el candidato perdedor quiso demostrar más agallas, al presentarse él mismo en los escenarios de desórdenes.

Después de una derrota con 26 puntos de diferencia, el ex aspirante presidencial emprende un pleito por alcanzar el liderazgo de la oposición, pero tiene en contra el hecho de que en las elecciones de 2004, Hipólito obtuvo el 33% de los votos, en comparación al 27% alcanzado por el candidato del PRM en los comicios del domingo.

En la competencia por el control del antiguo PPH el candidato perdedor ha colocado la irracionalidad como su mejor armas de combate, sin tomar en cuenta que Hipólito es un veterano en esa materia y que quienes fueron enviados a la candelá responden a las directrices del ex mandatario.

Todos los sectores de la sociedad han reclamado el cese de ese pregón de violencia, en tanto que la OEA, el embajador americano, los presidentes de Taiwán, España, Venezuela, el empresariado y muchas firmas más han felicitado al presidente Danilo Medina por su contundente triunfo electoral.

Posiblemente hoy, las juntas municipales concluyan el conteo manual de los votos emitidos, con lo cual se determinará de manera definitiva quiénes ganaron y quiénes perdieron a nivel congresual y municipal. Después de eso aquí habrá gobernabilidad y la vida seguirá su curso.

Es una pena que ese candidato perdedor desperdicie, con su discurso y praxis de violencia y desestabilización, la oportunidad de erigirse como líder o jefe de oposición, que parece retendrá el Guapo de Gurabo.

El Nacional

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