Opinión

A rajatabla

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Orión Mejía

De las 14 puñaladas

 

En la intersección de las calles Juan de Morfa y Juan Bautista Vicini, de mi barrio San Carlos operaba hace más de medio siglo un prostíbulo, donde un hombre celoso mató a cuchilladas a una meretriz, por lo que ese lugar fue bautizado como “la esquina de las 14 puñaladas”, el número de estocadas que el homicida infirió a la infeliz mujer.

Cuentan que casi todas las noches, en ese lenocinio se producían pleitos a “puñales, punzones y chavetas”, con saldos frecuentes de muertos y heridos, pero el caso más famoso fue el de la trabajadora sexual asesinada de 14 puñaladas.

Aunque hoy esa es una esquina apacible, los viejos cuentan que fue escenario de muchas historias de violencia y que al bar de mala muerte iba todo hombre con deseo de pelear o de matarse con cualquiera. Dicho de otra manera, era una peña de gente intolerante.

Les cuento esta historia, porque creo que a nivel del debate público aquí sobra gente que confunden los medios de comunicación y las redes con “la esquina de la 14 puñaladas”, a donde acuden con asechanza y felonía a hundir sobre la honra de cualquiera el puñal de la infamia o de la afrenta.

A esos sectores mediáticos, fácticos y políticos no les interesa participar en un debate de calidad en forma y contenido, en el que cada cual presente o exhiba razonamientos coherentes sobre cualquiera de los temas objetos de discusión. Prefieren pelear con navajas de los adjetivos peyorativos o insultantes.

Pongo de ejemplo los casos Odebrecht y Los Tres Brazos, sobre los cuales levantan humaredas para ocultar que el Gobierno y el Ministerio Público han actuado responsablemente en consonancia con la Constitución, las leyes y el debido proceso.
El presidente Danilo Medina acogió las recomendaciones de una comisión que investigó la venta irregular de terrenos en esa barriada, anulando esas operaciones y de paso desmantelando a Crep, además de poner en el ámbito del Ministerio Público, la posibilidad de algún ilícito penal.

En lo que respecta a Odebrecht, ya la Procuraduría General arribó a un acuerdo con ese consorcio que se obliga a resarcir al Estado con 184 millones, pero además a entregar al Ministerio Publico actas de las confesiones hechas por la empresa ante autoridades de Estados Unidos, Suiza y Brasil.

Es claro que los nombres de personas físicas o jurídicas que recibieron sobornos serán revelados en esos documentos o permitirán su identificación y seguro sometimiento a la justicia, que es lo que reclama la sociedad.

A los sectores que pretenden llevar el debate público a “la esquina de las 14 puñaladas”, no les interesa que los temas se discutan y se esclarezcan, sino en convertirlos en detritus que corran por tuberías de la subversión.

El Nacional

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