Opinión

A rajatabla

A rajatabla

 ¡Llegó Juanita!

Dos de cada cinco dominicanos viven en el exterior, donde la mayoría de esposos y esposas gestionan trasladar a sus consortes e hijos, pero sin renunciar a la idea de retornar y asentarse en su país, aunque con el tiempo, una segunda y tercera generación sienten raíces definitivas en la nación que los acogió o donde nacieron.

Solo en Estados Unidos se estima en cerca de dos millones el número de inmigrantes dominicanos y sus descendientes, asentados principalmente en Nueva York, Nueva Inglaterra, New Jersey, Pensilvania y la Florida, donde nuestra gente ha descollado en el comercio, la política, la academia, el magisterio, los servicios y la ciencia.

La emigración dominicana es notoria también en España, Italia, Alemania, Francia, Holanda, Suecia, Suiza, Bélgica, en las Islas del Caribe, Venezuela, Argentina y Panamá, pero también se encuentran en tierras tan lejanas y difíciles como Corea, Taiwán, Rusia y Alaska.

En 2007 estalló la más cruenta crisis económica y financiera a nivel mundial desde los tiempos de la Gran Depresión (1929-1936), lo que produjo que la mayoría de las economías cayeran en cascada, incluidas las de Estados Unidos, Unión Europea, el Caribe y Latinoamérica.

Ese crack económico causó recesión y desempleo, pero el monto de la remesa que envían los dominicanos mantuvo casi el mismo nivel, lo que se explica porque nuestros compatriotas prefieren endeudarse o disminuir su alimentación para poder mandar dinero a los suyos.

La dominicana es una de las comunidades de inmigrantes con mayor fidelidad para su gente, tanto así que a pesar de que, por ejemplo, la asentada en el este de Estados Unidos controla más del 80% de las bodegas, esos negocios no se convierten en supermercados porque las utilidades son repatriadas al país.

Las remesas que envían los dominicanos superan los seis mil millones de dólares al año, lo que quiere decir que uno de cada tres dólares que ingresan a la economía proceden del trabajo de esos compatriotas, lo que incide en el comercio, industria, agropecuaria, Pymes y comunicaciones.

Los más de 150 mil dominicanos que retornan para disfrutar junto a los suyos de las navidades y fin de año, merecen ser recibidos con música y flores porque sin el concurso de esas comunidades, el país no exhibiría hoy tantos logros económicos.

El Gobierno y la sociedad toda están compelidos a dispensar a nuestros hermanos que retornan las mismas atenciones que se conceden a visitantes distinguidos, así como proveerlo de toda la seguridad y confort para que en su estadía disfruten de una experiencia memorable.

El clásico merengue “¡Llegó Juanita!”, aunque de letras colombianas, es una fiel expresión del amor, respeto y admiración que todos sentimos por nuestros compatriotas de allende los mares.