Opinión

A rajatabla: Ganó la democracia

A rajatabla: Ganó la democracia

Orión Mejía

El Senado ejerció su prerrogativa constitucional de elegir a los nuevos miembros de la Junta Central Electoral (JCE), sin permitir que el chantaje político diezmara tan elevada responsabilidad que cumplió cabalmente en correspondencia con las expectativas que se había creado la población.

La escogencia del doctor Julio César Castaños Guzmán como presidente de la JCE ha sido acertada y altamente valiosa porque acoge la más elevada expresión de consenso en torno al rol que debe asumir esa institución como garante de la voluntad popular expresada en las urnas.

Los demás miembros seleccionados, Roberto Saladín, Carmen Imbert Brugal, Henry Mejía Oviedo y Rosario Graciano, son todos ciudadanos de reconocida trayectoria pública, con solidos currículos profesionales, acendrados méritos éticos y morales.

Con todos los integrantes del nuevo pleno de la JCE tengo dilatada relación de amistad, por lo que no dudo en asegurar que desempeñarán sus funciones con decoro, honradez, eficiencia, valentía y responsabilidad, en todo lo relacionado con la organización y montaje de los comicios de 2020.

Hace más de veinte años fui abogado ayudante asistente del magistrado Castaños Guzmán, cuando se desempeñó como fiscal del Distrito Nacional, y varios años antes lo fui de su padre, doctor Julio César Castaños Espaillat, entonces secretario de Trabajo.

Cuando le presentaba cualquier expediente, el fiscal Castaños me pedía que abriera el Código Penal o el Código de Procedimiento Criminal, para que leyera en voz alta los artículos que se relacionaban con el ilícito imputado, después de lo cual instruía a cumplir con la ley.

Aun cuando se definió como un fiscal en transición, porque ya el PLD había ganado las elecciones de 1996, el magistrado Castaños nunca aceptó presiones de ninguno de los poderes públicos, ni aun del procurador general de entonces, ni de nadie. Solo obedecía a su íntima convicción, al Código Penal y al de Procedimiento Criminal, con respeto siempre al debido proceso.

En su anterior gestión como presidente de la JCE, cuando todavía el área contenciosa pertenecía a ese entonces tribunal comicial, el doctor Castaños Guzmán demostró probidad, valentía, capacidad y buen juicio, por lo que nadie debe albergar dudas de que su comportamiento en este nuevo compromiso será similar.

El Senado escogió los jueces de la JCE, sin que la gobernanza se resquebrajara ni el mundo llegara a su fin, como advirtieron los jinetes del Apocalipsis. Ha ganado la democracia.