Opinión

A rajatabla: Las mismas manos

A rajatabla: Las mismas manos

Orión Mejía

Un estudio del Banco Mundial revela que para erradicar la pobreza extrema en República Dominicana solo se requieren ingresos adicionales al Presupuesto nacional por 33 mil millones de pesos, equivalente al 1.3% del Producto Interno Bruto (PIB), dato que desnuda de cuerpo entero la situación de inequidad fiscal que caracteriza a la economía dominicana.

Días antes de la presentación de ese informe, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la Comisión de Estudios Económicos para América Latina (Cepal), el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el Fondo Monetario (FMI) elogiaron el crecimiento del PIB dominicano.

Desde 2004, la riqueza nacional ha crecido en 49 mil millones de dólares, para situarse de US$19 mil millones a 68 mil, en 2016, pero el ingreso tributario, en proporción al PIB se ha estancado en la cercanía del 14%, cuando el promedio de América Latina es de 21%.

Grupos de poder económico, de provecho político y de conveniencia mediática, pretenden ocultar la agenda real de urgencias nacionales por otra hilvanada a imagen y semejanza de sus intereses, que obviamente colisionan con el de la nación.

Para erradicar la pobreza extrema solo se requieren 33 mil millones de pesos, pero el Gobierno concede exenciones y exoneraciones por valor de 209 mil millones, de los cuales si se reduce la cifra requerida todavía quedarían 167 mil millones para rumba y baile.

Aquí no se habla de fiscalidad progresiva que obligue a tributar a las grandes rentabilidades como forma de incrementar la presión tributaria de un 14% a un 17%, ni se discute la reducción del gasto Tributario, que por el contrario aumentara en 20017 en 21 mil millones de pesos.

Esos grupos ponen al arzobispo y al obispo a hablar de corrupción y a sumarse a la presión a la cantaleta sobre la elección de los jueces electorales, pero ocultan la trama que se urde contra el proyecto Punta Catalina y rehúsan discutir sobre un aumento general de salarios.

Cuando se habla de Haití, al gobierno le toca afrontar la migración incesante, el cordón sanitario, el contrabando de armas y drogas y la campaña internacional contra el país, pero esos grupos disfrutan de los negocios millonarios que concretan con esclavistas haitianos.

Deberíamos salir a las calles con alcancías para recabar los 33 mil millones de pesos que se requieren para erradicar la extrema pobreza, porque los 67 mil millones de dólares que ha generado el crecimiento de la economía en 12 años han ido a parar a las mismas manos.