Opinión

Abril de la niñez

Abril de  la niñez

POR: Susi Pola
susipola@gmail.com

 

Desde 1998, Abril es el Mes de Prevención del Abuso Infantil en la República Dominicana y pese a la Convención sobre los Derechos del Niño de 1989, y al “Código para el Sistema de Protección y los Derechos Fundamentales de los Niños, Niñas y Adolescentes”, ley 136-03, aún falta mucho para garantizar que niños, niñas y adolescentes sean protegidos de todas formas de violencia.

La Convención sobre los Derechos del Niño, establece que es obligación del Estado proteger a los niños y niñas de toda forma de malos tratos perpetrados por padres, madres o cualquiera otra persona responsable de su cuidado, y establecer medidas preventivas y de tratamiento al respecto. (Artículo 19).

Entonces, al terminar este mes, más que campañas publicitarias anunciadoras de compromisos eternos que no aterrizan, el país entero debe preguntarse qué está pasando con nuestros niños, niñas y adolescentes, una gran mayoría de ellos, viviendo en peligro permanente de violencias, basadas en la cultura del autoritarismo.

Las violencias físicas que ejecutan las personas adultas para disciplinar y corregir conductas no deseables, sustituyéndolas por otras socialmente aceptables y no necesariamente mejores, causan dolor físico y también emocional, muchas veces irreversibles. Para ejemplo, los niños y niñas a quienes personas adultas a cargo queman sus manitas por considerar que les “robaron”, a veces solo centavos. También, menores abusados sexualmente y con crueldad por adultos “de confianza”, como el caso de las víctimas de pedófilos clericales.

Cuando estos maltratos físicos afectan a menores que viven en ámbitos más desfavorecidos, la victimización suele hacerse más pública que aquella que reciben menores de “familias reconocidas”, donde la doble moral instalada impide que la información fluya. Ejemplo, el caso de los hijos e hijas de hogares donde los padres ejercen violencia sobre las madres, en clases sociales empoderadas, siendo testigos permanentes y silentes.

En estas últimas semanas, vimos referencias en la prensa de casos verdaderamente dolorosos y debemos preguntarnos si realmente el Estado dominicano está tomándose en serio su rol de regulador de una prevención y atención que nunca parece llegar. Los recursos que se necesitan para la protección de la niñez, no están siendo bien utilizados y falta un presupuesto nacional transparente, como en todo.

Pasada la reflexión obligadamente católica de la Semana Santa, ni siquiera, en las tradicionales 7 Palabras, hubo quien se acordara de mencionar, por ejemplo, a los niños abusados sexualmente por los pedófilos clericales, y después de una crítica contra funcionarios/as, médicos, comunicadores/as, etc., ni una sola palabra que indicara el “mea culpa” de una iglesia que tanto nos ha escandalizado en este último año, también como ejemplo.
Y abril sigue siendo mes de la niñez!

El Nacional

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