Opinión

Abrir y cerrar de ojos

Abrir y cerrar de ojos

En un abrir y cerrar de ojos la violencia y criminalidad resurgen con la muerte a balazos de diez personas, incluidos dos policías y un militar, en tiroteos en Sabana Grande de Boyá y la barriada capitaleña de Guachupita.

Entre las víctimas está el oficial encargado del destacamento de Sabana Grande de Boyá y un cabo policial, quienes fueron agredidos a balazos cuando intentaron detener a varios civiles que perturbaban el orden público. Uno de los agresores murió posteriormente en otro enfrentamiento.

En el sector de Guachupita, individuos dispararon desde un carro en marcha contra un grupo de personas que pernoctaban en un bar, con saldo de dos muertos y tres heridos. Una anciana murió a causa de un infarto que le produjo el dramático suceso.

En otro hecho, un comerciante fue abatido a balazos por un hombre contra quién había puesto una querella por un robo en su establecimiento. Igual sucedió en Baní donde un joven fue asesinado por denunciar un punto de drogas al lado de su casa.

No termina un día ni comienza el otro sin fatídicas noticias sobre muertos o heridos a manos de delincuentes, o por causa del desenfreno de personas que emplean violencia y provocan muertes por conflictos irrelevantes, como escuchar música en alto volumen o por la disputa de un estacionamiento.

La oleada de criminalidad incluye el asesinato a puñaladas de una pareja de esposos españoles en su apartamento del sector Gascue, por cuyo hecho la Policía apresó a un individuo que fungía como conserje del edificio.

Los feminicidios también se incrementan, como lo demuestran los recientes asesinatos de Heidi Martínez, en el sector Caballona, de Santo Domingo Oeste, y Marisol Martínez, ultimada a golpes en la bañera de su casa, en Villa Faro, de Santo Domingo Este.

Gobierno, Policía, Ministerio Público están compelidos a enfrentar este resurgir del crimen para lo cual se requiere emplear todos los resortes de la ley a los fines de desalojar a los delincuentes de las calles, antes de que sea tarde para ablandar habichuelas.

El Nacional

La Voz de Todos