PUERTO PRINCIPE, (AFP). – Diez estadounidenses sospechosos de haber intentado sacar ilegalmente de Haití a 30 niños fueron acusados el jueves en Puerto Príncipe, pero las autoridades lamentaron que ese caso robe la atención cuando la cifra de víctimas fatales se eleva a 212.000.
Tres semanas después del sismo, el grupo de bautistas norteamericanos fue acusado de “secuestro de menores y asociación criminal”, indicó el fiscal de Puerto Príncipe, Mazar Fortil.
El primer ministro haitiano Jean-Max Bellerive había lamentado el día anterior que este caso esté acaparando la atención sobre un país donde “hablan más de diez personas que del otro millón que sufre en las calles”.
El jueves, Bellerive afirmó que “tenemos más de 200.000 (muertos). La última cifra que recibí de mis servicios era de 212.000 personas que fueron levantadas de las calles y de diversos lugares”.
Precisamente para cumplir labores humanitarias, el jueves un buque de la Armada española, Castilla, llegó al puerto de Petit Goave, 70 km al oeste de la capital, con el fin de desplegar ayuda humanitaria para limpiar escombros, potabilizar agua y dar asistencia médica abordo de la embarcación con un centenar de militares en esta zona también afectada por el sismo.
En cuanto al caso de los misioneros estadounidenses, una de las integrantes del gupo religioso dijo al llegar a la Fiscalía: “Tenemos confianza en Dios de que esto terminará bien”.
Luego de ser acusados, salieron con las caras tristes, se metieron muy rápido en una camioneta policial y se les vio a ratos cantando, quizás orando al interior, con los ojos cerrados hacia el cielo, rodeados de decenas de periodistas, la mayoría estadounidenses. Al regresar a la sede policial una mujer les lanzó una piedra, y hasta les gritaron criminales.
Los 10 misioneros fueron detenidos el viernes pasado en la frontera con República Dominicana intentando sacar del país a 33 niños de entre dos meses y 12 años, sin ningún documento de adopción.
Varios de los menores revelaron posteriormente que tenían padres.
Laura Silsby, responsable del grupo de la asociación de caridad “El refugio para una nueva vida de los niños”, con sede en Idaho (noroeste de EEUU), había dicho que “sólo vinimos a ayudar a los niños. Teníamos buenas intenciones”.
La secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, había calificado el episodio de “malentendido” pero el jueves un portavoz de su Departamento dijo que continuarán suministrándole ayuda consular y que seguirán los desarrollos en la parte legal del caso.
El embajador estadounidense en Haití, Kenneth Merten, precisó que están intentando conversar con las autoridades del país para garantizar que sean tratados de acuerdo a la ley reciban un tratamiento justo.
La Unicef estimó desde Ginebra (Suiza), que el sismo del 12 de enero había provocado “la más grave crisis de protección de los niños jamás vista” como consecuencia del gran número de huérfanos y niños separados de sus padres.
“Los riesgos de trata de niños, de la venta de niños en condiciones próximas a la esclavitud o la adopción ilegal son significativos”, declaró la directora general adjunta del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, Hilde Johnson.
Recordó que “cerca del 40% de los haitianos tiene menos de 14 años” y que antes del sismo, 300.000 niños haitianos vivían en orfanatos.
En momentos en que mal que bien la ayuda internacional está llegando al país, el ex presidente estadounidense Bill Clinton -designado enviado especial de a ONU en Haití-, volverá el viernes a la nación caribeña por segunda vez desde el terremoto.
En Ecuador, el canciller Ricardo Patiño anunció que el presidente de Haití, René Preval, asistirá a la cumbre de mandatarios de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) del próximo martes en Quito, en la cual se definirá la ayuda de la región a ese país.
Un experto de la ONU propuso el jueves “la inmediata anulación de la deuda de Haití” con los organismos financieros multilaterales para que el país pueda recuperarse del sismo.
