Opinión

Adiós a Diandino

Adiós a Diandino

Rafael Grullón

Un año después de que Juan Bosch se retira de la vida política, bajo el concepto de que su decisión respondía al curso de la vida, a finales de 1995 el PLD se vió compelido a buscar un candidato presidencial ante las no previstas elecciones de 1996.

Los contrincantes para esa representación histórica, fueron Norge Botello, Euclides Gutiérrez Félix y Leonel Fernández. Detrás de ese proceso había un armador, Danilo Medina, a quien siempre veíamos en las galerías de la Casa Nacional del PLD con pantalones jeans, suéter y zapatos sport sin medias, a pesar de que ya era diputado.

Diómedes Núñez Polanco, quien volvió a la Dirección del periódico en aquellos tiempos tras un pedimento de Leonel Fernández y Danilo Medina, nos encargó entrevistar a los tres precandidatos de la contienda.

Cuando ya había entrevistado y publicado las entregas correspondientes a los planteamientos de Euclides Gutiérrez Félix y Norge Botello, interceptamos un jueves a Leonel Fernández en un pasillo de la Casa Nacional del PLD para recordarle el compromiso.

Nos dijo: “Profesor, salgo mañana en el primer viaje de la precampaña hacia Higüey, como todavía no tengo un periodista para que cubra la actividad, véngase conmigo y hacemos la entrevista.”.

Cuando llegamos alrededor de las cinco de la tarde del viernes a la Casa Nacional del PLD con mochilas en manos para el viaje, allá estaba estacionada una yipeta, que no recordamos si era una “cara de gato” de aquellos tiempos, pero sí que era de color verde y propiedad de Diandino Peña.

Además de los que venían atrás en dos pequeños vehículos que serían objeto de otra historia, abordamos la yipeta Leonel Fernández, en el asiento delantero, Emigdio Sosa, al timón, y en los asientos traseros Diandino Peña, Daniel Toribio y quien escribe.

En ese tránsito, de la capital a Higüey, se diseñaron las estrategias para alcanzar la candidatura a lo interno del PLD, primarias ganadas por Leonel abrumadoramente tras una fuerza nueva encabezada por Danilo Medina pasara a darle su apoyo con tiempo.

Tres años después, al ir al Palacio Nacional a hacerle otra entrevista al entonces ya Presidente en compañía de Diómedes Núñez Polanco y el ido a destiempo Odalix Roa, Leonel Fernández nos enseñó un cuadro que tenía colgado en su despacho. Se trataba del primer bosquejo de lo que iba a ser el Metro de Santo Domingo.

Tras sustituir a un intelectual que puso en Obras Públicas en su primer gabinete, Leonel Fernández llevó al cargo a Diandino Peña, quien, si no fuera por esa fantasía que mora en la mente humana de ir más allá de lo que le es dable, era ya un hombre económicamente realizado con las construcciones en los gobiernos del doctor Balaguer.

El Nacional

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