La Iglesia Católica no puede permanecer indiferente cuando hay tantos dominicanos prisioneros de la inseguridad, la falta de alimentación y la insalubridad, afirmó esta mañana monseñor Francisco Ozoria, arzobispo metropolitano de Santo Domingo, al presidir la Misa Crismal con motivo de Jueves Santo.
Asimismo, dijo que son muchas las familias que sufren y son prisioneras de tantos males que les quitan la paz.
Monseñor Ozoria consideró que al igual que Cristo los obispos, sacerdotes y diáconos tienen que asumir una misión salvadora. “El es el ungido y enviado a dar buena noticia a los que sufren y vendar los corazones desgarrados, a proclamar liberación a los prisioneros”, indicó.
En su homilía ante más de 300 sacerdotes, diáconos, monjas y feligreses en la Catedral Primada de América, Ozoria dijo que el pueblo espera una palabra de aliento, esperanza y vida de parte de los sacerdotes y diáconos.
“Ante todas estas realidades, nosotros ungidos por el Espíritu de Dios, no podemos permanecer indiferentes, porque Jesús quiere realizar su misión a través de nosotros. Además, el pueblo espera de nosotros una palabra de aliento, de esperanza y de vida”, manifestó.
Eel arzobispo metropolitano de Santo Domingo recordó a los sacerdotes que por su ordenación como pastores están obligados a participar de la misión liberadora de Jesucristo.
En varias ocasiones el arzobispo Ozoria ha demandado de las autoridades tomar acciones para enfrentar la ola de violencia y delincuencia que azota al país.
Ozoria pidió la unidad entre sacerdotes y diáconos, “que con el obispo estamos llamados a vivir la fraternidad sacerdotal, estamos llamados a ser una familia”.
Misa Crismal
Con relación a la Misa Crismal dijo que es una celebración de la comunión que existe entre el obispo y sus presbíteros y diáconos.
“En este ambiente de comunión eclesial nos reunimos para consagración del Santo Crisma y la bendición de los óleos que se usarán en la administración de los sacramentos en la vida de la Iglesia”, señaló.
Un apunte:
Prisioneros
Monseñor Ozoria deploró que muchas familias no tienen paz debido a la inseguridad ciudadana. Es de opinión que los sacerdotes y diáconos tienen que asumir una misión liberadora tal y como hizo Jesucristo.
Ozoria explicó que “con el Santo Crisma consagrado por el obispo, se ungen los recién bautizados, los confirmados son sellados, y se unge las manos de los presbíteros, la cabeza de los obispos y la Iglesia y los altares en su dedicación.