Opinión

Agenda Global

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Para la ciudadanía que asume el pensamiento y la acción políticas como instrumentos de cambio social colectivo tanto desde los poderes del Estado como desde la oposición, a partir de la independencia nacional y hasta la fecha, el balance del quehacer de los partidos criollos y de sus dirigentes ha sido altamente frustratorio.

Como línea transversal, la preeminencia del liderazgo caudillista de impronta patrimonialista para crear una red clientelar y propiciar el enriquecimiento ilícito de los que, en consecuencia, ha impedido la consolidación de las instituciones democráticas, entre las que se cuentan en primer orden los partidos.

Se constata en el país que en todas la agrupaciones políticas, conservadoras o progresistas, minoritarias o mayoritarias, con más frecuencia de la deseable, se han sucedido conflictos, divisiones, cismas y un largo etcétera de separaciones, desuniones y rupturas.

Por constituir el PRD la mayor y más fiel expresión del pueblo dominicano, por sus métodos orgánicos democráticos y porque, salvo en pocas y honrosas excepciones, el arbitraje interno ha sido inoperante, en ese partido las luchas entre facciones han provocado escisiones históricas que le han costado el poder en varias ocasiones.

En la que se vive hoy, cuyas causas ya debemos comenzar a recordar sin mayores consecuencias porque todos somos, de una forma u otra, unos más que otros, responsables de esta desgracia, nunca más de acuerdo con el buen amigo, destacado abogado y experto mediador Nelson Espinal Báez, para quien “el PRD debe concertar con el PRD para competir y ganar afuera”.

En consonancia con las ideas expresadas por Nelson en su artículo “PRD: Concertación para el cambio democrático” (Diario Libre, 13-06-12), es “un acto de responsabilidad” con los 2.2 millones de votantes el pasado 20-M“concertar adentro porque un PRD fuerte y unido abre el camino para que el presidente Danilo Medina pacte con él la realización de reformas y cambios importantes que necesita la Nación. Que seamos la institución que haga el equilibrio en la democracia y vigilemos muy cerca la acción del gobierno”.

Para el mediador egresado de Harvard esta concertación a lo interno del PRD también le permitirá “articularse con los sectores productivos” que, a mi entender, requieren de una oposición constructiva del partido más grande del país ante la concentración de todos los poderes públicos por parte del PLD, así como contar con un interlocutor válido cuando se discutan e implementen reformas que, como la fiscal que se avecina, podrían afectar el interés nacional de empresarios y consumidores ambos contribuyentes al erario.

Por igual, este proceso de concertación debería canalizar el reclamo ciudadano por una renovación de la dirigencia partidaria, cambio generacional que incluye a los “viejos robles” porque,como nos recuerda el maestro Don Hugo Tolentino Dipp al citar a José Ingenieros: jóvenes son los que no tienen complicidad con el pasado.

Con una agenda que además incluya la depuración de“los servidores de pasado en copa nueva”, como entona el gran Silvio Rodríguez en “La Maza”, seamospues Concertación para el Cambio Democrático junto al amigo Nelson.

El Nacional

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