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Agenda Global

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Cuando el ex presidente Leonel Fernández pasaba ayer la banda tricolor que inviste al hoy primer mandatario Danilo Medina se vio y se escuchó decirle al oído: “Cuente conmigo profesor”. Luego en su discurso de toma de posesión escuchamos la convocatoria a todo el país a trabajar juntos por un nuevo modelo de desarrollo. Allí enumeró una serie de iniciativas que pretende emprender de inmediato su gobierno, que recordaron todo lo que no se ha hecho en 12 años de gobierno para conjurar el déficit social que acogota al país.

Sin embargo, en su primer acto en la administración del Estado se advierte de que la composición de su primer gabinete contradice una lógica elemental: ¿Cómo hacer lo que nunca se ha hecho con la misma gente que nunca lo hizo? Frustrante y decepcionante ha considerado la mayoría de la población que votó por “un cambio verdadero” ver a tantos de los mismos que llevaron al país a ocupar hoy los más bajos índices de desarrollo humano en todas las áreas, según las mediciones de organismos internacionales.  

No obstante, se destaca que en este primer equipo de gobierno del presidente Medina hay adiciones importantes de figuras emergentes de la política nacional con trayectoria de ética y éxito en la vida pública nacional como los ministros de Industria y Comercio José del Castillo, Administrativo de la Presidencia, José Ramón Peralta, de Obras Públicas Gonzalo Castillo, y el cantautor José Antonio Rodríguez, en Cultura. Entre los que repiten, sobresalen por una buena labor acreditada el procurador Domínguez Brito; la ministra de Educación, Josefina Pimentel; el de Turismo, Francisco Javier García; y el consultor Jurídico, profesor Pina Toribio.   

Todavía resta una gran cantidad de nombramientos en los mandos medios de la administración pública, donde se espera sean designados jóvenes valiosos, capaces y honestos que trabajaron por la victoria electoral de Medina, así como aliados de partidos minoritarios que aportaron votos, ideas y acciones políticas que convencieron al electorado de que el PLD siguiera al mando del Poder Ejecutivo cuatro años más. Si se quedan los que están continuará el desencanto ciudadano de ver a los mismos confirmados para corregir lo que ellos ya hicieron mal.  

Al efecto, y en relación a su primera alocución a la nación, se destacan el tono conciliador con que afronta sus cuatro años de gobierno (“convoco a trabajar juntos… manos a la obra sin mezquindades… todos unidos en esta tarea”); el llamado a construir “un país ético, basado en la meritocracia”, donde el nuevo presidente empeña su palabra de que no va “a negociar con la mediocridad, ni con los deshonestos”. El país que escuchó se pregunta si habrá “borrón y cuenta nueva” o “el sistema de consecuencias” a los funcionarios corruptos comenzará con los que el rumor público y pruebas al canto incriminan como tales en los últimos ocho años.

Para hacer un gobierno con las prioridades éticas y sociales pregonadas, que cuente el presidente Medina con el concurso de una ciudadanía que sólo lo juzgará cuando vea “hechos y transformaciones concretas”.  

 

El Nacional

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