Opinión

Agenda Global

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Riesgos globales

Hace unas pocas semanas reinicié clases de Derecho Internacional Económico en la Maestría de Regulación Económica de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra que, de pasada, estrena nuevo rector a quien auguro el mayor de los éxitos. Por su parte reciba el saliente monseñor Agripino Núñez Collado nuestro reconocimiento por su meritoria labor al frente de esa acreditada institución académica.

Resulta que los primeros temas docentes fueron coincidentes con la agenda del Foro Económico Mundial (WEF por sus siglas en inglés) que desde hace 45 años congrega en Suiza lo más granado del liderazgo político y empresarial. Este cónclave se desarrolló esta vez del 21 al 24 de enero pasado con el lema “El nuevo contexto global”.

He explicado a mis alumnos que, por definición, una rama del derecho constituida por las normas y las instituciones destinadas a regir la comunidad global en materia económica se desenvuelve en un “contexto global” que es inestable y cambiante como la vida misma. Pues el “nuevo”, el más actualizado, es el que muy recientemente han delineado unos 2,500 participantes congregados en la estación de esquí de Davos.

Pero antes de reunir tantas “mentes brillantes” a pensar durante cuatro intensos días, el WEF recabó las opiniones de casi 900 expertos y dirigente mundiales y las sistematizó en el informe “Encuesta de Riesgos Globales 2015”. Este interesante documento identifica y evalúa los 28 riesgos que, clasificados metodológicamente en las categorías “económicos, medioambientales, sociales, geopolíticos y tecnológicos”, amenazan el estado de cosas del mundo que habitamos.

Lo primero es saber el concepto de riesgo global del que parte el estudio: “es un evento o condición inciertos que, de ocurrir, pueden tener un importante efecto negativo para varios países o sectores en los siguientes diez años”. Esto último indica que si bien son riesgos a largo plazo, no es menos cierto que todos se cumplen y, algunos, de manera fatal.

Lo segundo es conocer los diez principales riesgos por su margen de probabilidad, a saber: conflictos entre Estados, fenómenos meteorológicos extremos, deficiencias de la gobernanza nacional, colapso o crisis del Estado, desempleo o subempleo, catástrofes naturales, falta de adaptación al cambio climático, crisis del agua, fraude o robo de datos y los ataques cibernéticos.

En términos de impacto en el planeta y en la población mundial, se añaden otros riesgos que mueven a preocupación como son: la propagación de enfermedades infecciosas como el ébola, las armas de destrucción masiva, la crisis en los precios de la energía, el colapso de las infraestructuras informáticas críticas, las crisis fiscales, así como la pérdida de biodiversidad y colapso del ecosistema.

En esta calamitosa cartografía se echa de ver como luego de la caída del Muro de Berlín hace 25 años vuelven los conflictos geopolíticos a constituir la “agenda negativa” del contexto global; que aumenta la preocupación por los riesgos tecnológicos y que aparece una potencial crisis de agua como una preocupación mayor.

Como una constante la amenaza de una mayor “inestabilidad social” que es “el riesgo más interconectado con los demás en el 2015” y, por demás, el que más depende de la recuperación de la economía mundial. En la próxima entrega veamos si Davos predijo un futuro mejor.

El Nacional

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