Día del Poeta
El pasado 21 la Secretaría de Cultura celebró en el país, con diversas manifestaciones culturales, el Día del Poeta. La UNESCO hace lo mismo cada año, el 21 de marzo, cuando conmemora en todo el planeta el Día Mundial de la Poesía “y nos invita a reflexionar sobre el poder del lenguaje poético y el florecimiento de las capacidades creadoras de cada persona”.

Estas conmemoraciones vienen a cuento a propósito de la siguiente anécdota y la reflexión que me indujo, a saber: el día martes 20, un día antes de la celebración oficial en honor de los poetas, un buen amigo viene a mi oficina en compañía de un laureado poeta dominicano y, de mi biblioteca, él pesca uno de los dos libros de poemas que tuve la inmensa dicha de ver publicados.

o escritor fue la siguiente: ¿sigues escribiendo poesía? Mi respuesta fue que, lamentablemente, tengo unos años que no “me inspiro”, a lo que reaccionó con un “eso nunca se pierde”.

Lo cierto es que busco las causas de esta “sequía poética” que me acogota en los últimos años y, quizá, la respuesta válida es que escribí poemas en mi juventud pero no me convertí en Poeta.

En mi primer poemario “(Con su música por dentro”) publicado en el 1988 por la generosidad de mi padre, el poeta “de verdad” Juan José Ayuso, escribí estos versos: “Hacer poesía/es relativamente sencillo/el papel lo aguanta todo/Ser poeta/es absolutamente complicado/El medio no ve con buenos ojos/ciertas disidencias”, donde avanzo una visión existencial del oficio que podría ser contradictoria con la edad madura.

Cierto que en estos primeros poemas de mi adolescencia queda la impronta de la faena por la inspiración que producen los primeros enamoramientos: “Breve declaración de amor”, poema escrito en un aula mientras admiraba emocionado la belleza de una compañera de clase: “No sé si usted lo sabe/quizá lo ha notado/pero cuando me acerco a usted/para hablarle/mis labios tejen besos/con las palabras”.

Por su parte el quehacer poético nacional es reconocido en el exterior: primero fue “Lenguaje del mar”, de la autoría del poeta mayor y querido amigo José Mármol, obra ganadora del transcendental XII Premio Casa de América de Poesía Americana 2012 e impreso en Madrid.

Luego el escritor José Enrique Delmonte Soñé, ese nuevo amigo que me hizo la pregunta que hoy provoca esta columna, fue galardonado con el Premio Iberoamericano de Poesía en el marco de la Feria del Libro de Madrid en 2014. El también arquitecto manifestó que su libro “es un homenaje a los poetas dominicanos del siglo XX que le dedicaron su trabajo al tema del amor”.

Aguardo un ejemplar dedicado que el autor prometió hacerme llegar para conocer la poesía de este otro laureado poeta criollo.
En los últimos veinte años me he mantenido en el oficio de escribidor: desde el 1996 que inicié esta columna van miles de entregas; luego un par de libros científicos y decenas de ensayos publicados. En este lapso fue premonitorio el poeta francés Luois Aragon cuando escribió: “He preguntado por la poesía en todas las puertas/Se me ha dicho Madame ha salido”.