Es el título de la última novela del periodista Freddy Aguasvivas que aporta detalles inéditos y narra con mucha fluidez y logrado dramatismo las interioridades del fraude cometido en el Banco del Progreso. La segunda, Todas las Posibilidades, hizo lo propio con el estremecedor caso Baninter. Y la primera, El Olor del Olvido, que relata el secuestro del coronel Donald J. Crowley por un comando del Movimiento Popular Dominicano en 1970 para canjearlo por 21 presos políticos, entre ellos el recordado líder de la izquierda revolucionaria Maximiliano Gómez El Moreno.
Los tres libros tienen un común denominador que suscita el favor del público y el interés de los lectores: se trata de acuciosas investigaciones periodísticas sobre sucesos con el sabor de lo real, leyendas urbanas que conmocionaron la sociedad en su momento y todavía, presentadas en versión novelada, bien estructuradas y escritas con un manejo correcto del idioma. Además, con la pretensión acertada de haber cubierto todas las aristas de historias que se conocían fragmentadas a través del juicio paralelo de los medios de comunicación y de radio bemba.
A pesar de entrar en la categoría de novelas documentarias, comparto con el profesor Michel Raimond (Paris, 1988) que Incluso si él se presenta realista, escribano de lo real el novelista crea un mundo imaginario . Y añade de forma acertada que La observación de lo real, por sí sola, no sabría culminar en un relato cautivante, que sí lo son las novelas de Aguasvivas al presentar una construcción dramática que expone un conflicto fundado sobre los elementos de una intriga y sobre el choque de caracteres o de ambiciones.
En el caso específico de El Banquero del Presidente, el libro comienza y termina con un trágico episodio de la niñez de Pedro Castillo que, como recurso narrativo, impresiona por la emotividad que arranca al lector. También recrea el autor con singular crudeza un episodio que vale glosar por su inverosimilitud: se denomina Un Tumbe del Banco de Reservas, el cual lo fue por partida doble.
Por una parte, la tasa de interés del 19% anual convirtió en oneroso el préstamo puente de RD$1,650 millones hecho por el Reservas al Banco del Progreso para inyectarlos de emergencia ante una posible corrida bancaria producto del rumor público. Encima, se les exigió a los Vicini, Bonetti, Barletta, Perelló, Diez, Pastoriza y Ladurner firmar, a título personal, un pagaré notarial que garantizaba por cientos de veces su valor el pago de un millón de pesos mensuales de intereses y la devolución del capital. Diablos, Drácula es un niño de teta al lado de Toribio, reclamó uno de los empresarios en la novela/realidad.
Con tres obras de calidad literaria publicadas a la fecha, la columna agregaría que, además de periodista, su autor es también un buen escritor, con un estilo que asemeja a los thrillers y best sellers de John Grisham y Dan Brown, y consagrado ya por el favor incuestionable del escaso público que compra y lee libros en el país.
