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Agentes Amet indiferentes ante imprudencias choferes y violaciones Ley Tránsito

Agentes Amet indiferentes ante imprudencias choferes y violaciones Ley Tránsito

Observar policías de la Autoridad Metropolitana del Transporte (Amet) jugando con sus teléfonos celulares, en plena hora pico, es una escena recurrente en las calles de la capital, donde el tránsito de vehículos y peatones es cada vez más caótico. Indiferentes a las imprudencias y las infracciones que cometen los conductores, es frecuente encontrar a tres o cuatro agentes conversando animadamente en cualquier intersección.

Algunos optan por ocultarse debajo de los árboles, huyendo a las inclemencias del sol, sin percatarse de que en sus narices varias hileras de vehículos permanecen estancados, en un interminable entaponamiento, que es imposible moverlo sin la intervención policial.

Otros prefieren sentarse en el parque de su preferencia a conversar sobre los temas del momento, mientras los conductores violan la luz roja del semáforo, se estacionan en lugares prohibidos, usan sus celulares mientras conducen y cometen otras violaciones que convierten el tránsito en una práctica insegura y altamente peligrosa.

Esa actitud policial ante los problemas cotidianos del tránsito, constituye uno de los principales inconvenientes para lograr una circulación vehicular fluida, toda vez que es protagonizada por servidores públicos que fueron enviados a las calles a castigar las infracciones para prevenir accidentes.

Como consecuencia, año tras año, miles de dominicanos pierden la vida en calles, avenidas y carreteras o sufren la amputación de sus extremidades en aparatosos accidentes de tránsito que pudieron evitarse con una correcta y oportuna acción preventiva.

Aprovechando el descuido de los agentes, los motociclistas hacen su agosto. Conducen por encima de las aceras, hacen rebases imprudentes, transitan sin el casco protector y transportan hasta cinco personas a la vez en sus vehículos de dos ruedas.

Los agentes de tránsito son asiduos a las bancas de apuestas y de lotería, donde bajo aire acondicionado pasan horas mirando los juegos de pelota y basketball en la televisión y haciendo sus apuestas.

La grave y peligrosa situación quedó al evidenciada durante un recorrido de El Nacional por diferentes calles y avenidas de la capital, verificándose que al parecer éstos cumplían órdenes específicas cada día.

Esas distracciones en el trabajo provocan gran indignación en la población, principalmente, entre aquellos que se acogen con rigurosidad a los mandatos de las leyes de tránsito y a las acciones que manda la prudencia.

Esos ciudadanos reclaman transitar en un ambiente seguro, con la debida fluidez.

En una acción que nadie se explica, cuatro y cinco agentes se aglomeran en una misma esquina, dejando otras áreas descuidadas.

Esa aglomeración de policías promueve el ocio, principalmente en las horas donde el tránsito está más despejado.

Cualquier incidente crea un entaponamiento de vehículos. Basta con que un conductor detenga su vehículo en un lugar inadecuado y obstaculice la circulación de los demás, en una nación en la que nadie cede el paso.

EN NÚMERO

3,500 agentes

de la Policía tiene aproximadamente la Autoridad Metropolitana del Transporte (Amet) para ordenar el tránsito en el territorio nacional y vigilar el parque vehicular nacional que supera los 3.0 millones de vehículos, de los cuales 1.5 millones son motocicletas, cuyos conductores constituyen un verdadero dolor de cabeza para las autoridades de tránsito y de salud del país, por la frecuencia en que se ven envueltos en accidentes en las vías pújblicas.

Pilar Moreno

Periodista de vasta experiencia en el periodismo educativo y político