Opinión

Ajititi

Ajititi

Una guayaba podrida

Su sueño está en la escuela, en la visita sorpresa, mientras la gente está presa

del crimen y su secuela, clavándonos su espuela con la dolorosa herida del que le espera la ida

porque no hay regresión, la vida aquí es, sin razón, una guayaba podrida.

No hay popularidad que pueda favorecer a quien no ha de vencer esa criminalidad cruel, atroz, que en libertad opera a toda soltura, pues falta una mano dura sin dobleces ni caída, de lo contrario, la vida sigue hediendo a sepultura.

De lo que yo estoy seguro es que no hay seguridad, por el contrario, maldad, mucha gente en apuro para salir, yo lo juro, desde la casa a la esquina porque cual dardo la espina del crimen fácil te clava.

La vida aquí es una esclava que el sicario la elimina.

Gobernar no es apariencia sino una praxis constante de vivir en cada instante bebiendo de la sapiencia sin olvidar la ascendencia, que es verdad de pero grullo, manteniendo vivo orgullo del sentir dominicano, sin pedir para el haitiano lo que necesita el tuyo. La política es muy bella,

como decía el fundador, si es limpia tiene esplendor para enamorarse de ella, mirarla como una estrella brillante en el firmamento pero aquí es mala, tormento, escuela de corrupción, donde roban un avión frente a un destacamento.

Hoy anda la gente mosca, esquiva, dudosa, terca, retuerce el rabo la puerca, es solo izquierda la rosca, pues la calle se hizo tosca con las bandas corrompidas y entre truhanes y mordidas dice quién va en sus cabales, que aquí la vida no vale una guayaba podrida.

El Nacional

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