Opinión

Ajititi

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“La que domina es Irma”
Mientras en los países avanzados la gente se atemoriza y toma medidas precautorias cuando se anuncia un fenómeno natural, en República Dominicana lo más natural es que no avancemos y que cojamos a chiste hasta un ciclón, y las únicas medidas que se toman son las de asegurarse que el pote de ron esté hasta arriba, sin que le falte una gotita, comprar los ingredientes de un sancocho y hacerle el juego al “deporte nacional”: el dominó.

Como son unos fenómenos, los del pueblo no se inmutan cuando les advierten la peligrosidad de un huracán, y en vez de pensar en medicamentos, ambulancias, alimentos y refugios, barajan la mesa y también el trabajo.
Creo el nuestro es el único país del mundo donde hay que obligar a las personas que viven en sitios vulnerables a salir de sus hogares para ofrecerles protección. Aquí se paran en dos patas y en las cuatro de la mesa del dominó y es casi a punta de fusil, para que a las autoridades no les salga el tiro por la culata, que son llevadas a los refugios, que casi siempre son locales privados, pues si las trasladan a escuelas públicas, luego se resisten a abandonar las mismas, sin siquiera pasar su examen de conciencia.

El tranque no está en el dominó, sino en la vaina que les echan los desaprensivos a las autoridades de socorro, que son las que muchas veces tienen que pedir auxilio, para poder salir de la capicúa.

Los de abajo usan planchas de playwood para proteger ventanas y puertas y una que otra cinta adhesiva.

Yo no tengo ese problema: a mí “la ventanita del amor se me cerró”. Los de arriba están de por sí pegados y no las necesitan. Viven en penthouse sin el peligro de ser tocados por un ciclón batatero, como Irma, al que le hacemos yuca desde hace varios días al convertirse en huracán.

¡Oremos para que el huracán nos mire con ojo de piedad!

Preferibles son “los vientos de Leonel”, que aunque para Danilo no pasen de categoría uno, podrán llegar a la Gloria meteorológica, sin que sus ráfagas hagan daño ni siquiera a una Margarita.

Que Irma no les agüe el sancocho a los que creen se la están comiendo, ni les afecte los tragos a los que prefieren no ligar.

Yo, José, la persigo a ver si cambia de rumbo, pero ella con su aire de poderosa, no creo me haga caso. Total, que buen viento la lleve, pero que no se lleve ni una sola vida humana.

Y, aunque mucha gente se niegue a salir de sus casas para ser llevada a lugares seguros, que los organismos de socorro la mande a la “m……” y que sigan evacuando.

El Nacional

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