Algunos sectores de la sociedad dan como un hecho que el sistema judicial está al borde del colapso, palabra con la cual identificamos crisis, quiebra, destrucción, bancarrota. Sin embargo, hace mucho tiempo que venimos arrastrando la falta de confianza, credibilidad e infuncionalidad de un sistema, todo lo cual me parece que refleja a la sociedad como tal.
En distintas ocasiones he escrito que la sociedad tiene que asumir el reto de enfrentarse a sí misma, a los fines de enrumbarse, repitiendo yo un viejo dicho de que “solo el pueblo salva al pueblo”.
¿Qué significan las llamadas “altas cortes”? Fue un reclamo sectorial presentado en distintos momentos porque en determinados segmentos sociales habian dejado de creer en la Suprema Corte de Justicia para afrontar distintos procesos pero igualmente se buscaba así correctivos al sistema político y electoral. Las “altas cortes” expresan la posposición de fracasos sucesivos.
Al borde del colapso está la sociedad
Se le atribuye a Lao Tse haber dicho que la necesidad de gobernar a través de leyes y amenazas de castigo presentan a una sociedad en avanzada fase de decadencia. ¿Cuál ha sido, por ejemplo, el reclamo más reciente de los empresarios? Una profunda reforma de la policía nacional para evitar más gastos en seguridad privada. Pero, ¿desde cuándo viene hablándose de tal urgencia? Desde los noventa del pasado siglo. Tenemos duplicidad en el gasto de energía, de educación, en todo, por deficiencias de servicios básicos públicos. Pagamos impuestos y nos devuelven deficiencias.
Al borde del colapso está la sociedad dominicana. Tenemos que sentarnos todos a tratar de construir la sociedad a que aspiramos, reconstruir el futuro, revisándonos, y recomponiendo al Estado como administrador del bien común. ¿Cuánto nos cuesta, insisto, el Estado que queremos? ¿De qué se hará cargo (insisto) cualquier gobierno respecto a la responsabilidad del sector privado?
En este país hay que replantearlo todo, todo. Y para que avancemos, todos deberemos asumir compromisos, con base a deberes y derechos ciudadanos. Y estos compromisos conllevan sacrificios, de manera que cuando cualquiera de nosotros decide limpiar la casa, bota todo aquellos que consideramos inservible, sin pena, sólo con la decisión dfe hacerlo.
