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AL DÍA

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La columna publicada el 20 de julio pasado, “Cadetes AMD: 1959”, fue un llamado a la conciencia de esos y otros oficiales menores de la Aviación Militar llevados por Rafael Leonidas (“Ramfis”) Trujillo Martínez a participar en las torturas y asesinatos de los expedicionarios antitrujillistas capturados en Constanza en 1959.

 La gran mayoría de los oficiales superiores, todos del grupo de favorecidos del hijo del tirano,  participaron en esas torturas y esos asesinatos sin el menor asomo de conciencia. 

 Sólo uno de los cadetes, Eugenio Guerrero Pou, hizo la confesión.

 Es conocido su libro “Yo maté a su hijo. Testimonio de un cadete de la Era de Trujillo”, que publicó en 1996, treinta y cinco años después de la masacre.

 Pero entre 1959 y 2010, cincuenta años, ningún otro cadete ni oficial ha sentido la necesidad de conciencia de exponer su participación, forzada como la del cadete Guerrero Pou, en las torturas y asesinatos de los expedicionarios del 14 de Junio, todos capturados y amarrados y golpeados, presos de “Ramfis” en San Isidro.

 Guido D’Alesandro  Tavárez, un civil, concuñado del hijo mayor del tirano Rafael Trujillo –estaba casado con Josefina, hermana de Octavia “Tantana” Ricart, esposa de “Ramfis”- acaba de hacer la confesión de que fue invitado por “Ramfis”  a la ejecución del primero de los expedicionarios capturado y después a la de varios más.

 Relata “Yuyo”, en un reportaje de Wendy Santana que empezó a publicar el “Listín Diario” el 26 de julio pasado, que en la primera ocasión soportó con asco la aberración pero que, en la segunda, enfrentó a “Ramfis” y le dijo no estar de acuerdo con esos procedimientos.

 Desde ese mismo día, D’Alessandro Tavárez empezó a hacer causa militante con el antitrtujillismo que buscaba terminar con la tiranía, para lo que se puso en contacto de inmediato con su tío, Manuel Aurelio (“Manolo”) Tavárez Justo, quien varias veces y en meses anteriores lo habia invitado a enrolarse en lo que sería el Movimiento Revolucionario 14 de Junio.

 Lo de esperar es que el reportaje de Santana en el “Listín”, con las declaraciones de D’Alesandro Tavárez, resulte un llamado a la conciencia y a la palabra de tantos y tantos cadetes y otros oficiales menores de la Aviación Militar llevados por “Ramfis” a torturar y asesinar a los expedicionarios del 14 y 20 de Junio de 1959.

 (Del 14 de Junio, por Constanza, porque de los desembarcos en Maimón y Estero Hondo no hubo sobrevivientes. A los expedicionarios, según los apresaban, los asesinaban).

 Con el descargo de conciencia de su confesión, “Yuyo” completa una vida dedicada en sus inicios a la lucha contra Trujillo y, en lo adelante, al establecimiento de la democracia según su saber y entender.

El Nacional

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