Opinión

AL DÍA

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Febrero de 1973 y mayo de 1978 y de 1990. En estas tres oportunidades, Juan Bosch logró colocarse al margen de la historia y anotar, uno detrás del otro, de los momentos más oscuros de su trayectoria.

 1973.- Con el conocimiento de Bosch, José Francisco Peña Gómez y otros dirigentes del Partido Revolucionario y de un grupo de izquierdistas, el coronel Francisco Alberto Caamaño desembarcó por la Playa de Caracoles, en la Bahía de Ocoa, para dirigirse a la Cordillera Central y plantar un foco guerrillero.

 Bosch y Peña Gómez no hicieron su parte de organizar a nivel nacional un movimiento de apoyo a la guerrilla y Caamaño y sus hombres fueron cazados casi a mansalva y asesinados donde los localizaron.

 Los guerrilleros Claudio Caamaño Grullón y Hamlet Hermann Pérez sobrevivieron. El segundo fue capturado y el primero logró asilarse en la embajada de México de Santo Domingo y viajar luego al extranjero.

 Bosch declaró a la prensa que no había tal desembarco y que como cuerpo del coronel Caamaño presentarían a un cadáver embalsamado traído desde Caracas. Ninguno de los cuentos del antiguo literato alcanzó tal grado de fabulación.

 Pero el entonces dirigente del PRD tenía a la mayoría de las masas a su favor y los perredeístas decidieron creer la aberrada y aberrante invención de su caudillo.

 1978.- Con el país en disposición de hacer valer su derecho frente al intento de golpe de Estado fraguado por Joaquín Balaguer para contrarrestar una nueva derrota electoral, Bosch ocupó la primera página del Listín Diario para hacer una proposición de “solución política” que favorecía la trama de Balaguer.

 Junto a la insólita declaración aparecían en primera página, también como crónicas pero publicadas dentro en espacios pagados, el apoyo de los industriales y comerciantes de Santiago y Santo Domingo al movimiento de respaldo de la voluntad popular que frenaba el complot continuista de Balaguer.

 El dirigente del Partido de la Liberación propuso aceptar la violación de los resultados electorales que favorecían al PRD y a su candidato Antonio Guzmán e integrar un gobierno cívicomilitar en el que participaría el Partido de la Liberación, que había fundado cinco años antes tras renunciar del PRD.

 1990.- En provecho de una crisis que fraccionaba al PRD, Bosch como candidato del PLD logró ganar las elecciones pero Balaguer lo escamoteó con una de sus trapisondas y el caudillo replegó sus alas y aceptó la derrota como los cristianos aceptan la culpa de haber nacido.

 “Que se vaya ya” fue el lema de una deslucida campaña que propuso Bosch para enfrentar al continuismo de Balaguer, quien permaneció en el poder y arreció sus sempiternas gestiones para conservarlo a como diera lugar.

El Nacional

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