Opinión

AL DÍA

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Pedro B. Palacios, “Almafuerte”  nació en 1854 y murió en 1917, en Argentina. Dejó como oración de valentía, para lo que empieza o para lo que termina, un soneto que mucha gente convierte en ideario.

 En el balance del año que termina y en la expectativa sombría del que comienza, no sobra recordar estos versos, recortarlos y repetirlos en los momentos que acechan en los meses por venir.

  El título del poema es el de la columna.

 No te sientas vencido ni aún vencido.

No te sientas esclavo ni aún esclavo.

 Trémulo de pavor, piénsate bravo

 y arremete feroz, ya malherido.

 Ten el tesón del clavo enmohecido

 que ya viejo y ruin vuelve a ser clavo,

 no la cobarde intrepidez del pavo

que amaina su plumaje al primer ruido. Procede como Dios, que nunca llora

o como Lucifer, que nunca reza

o como el robledal cuya grandeza

necesita del agua y no la implora.

Que muerda y vocifere, vengadora,

aún rodando en el polvo tu cabeza.

El Nacional

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