Opinión

Al ministro de Educación

Al ministro  de Educación

Susi Pola

Nos dirigimos públicamente al Ministro de Educación, porque en el sistema nadie responde. En los últimos diez años, todos los estudios relacionados con la Violencia Contra las Mujeres y niñas, VCMN, en R. Dominicana, el subsistema de Educación sobresale por su indiferencia ante el fenómeno que mata a unas doscientas dominicanas al año, sin embargo, en las aulas se pueden prevenir los feminicidios por la posibilidad de detectar las violencias que lo anteceden.

La situación es tan grave que existe una cultura de impunidad propia de este sistema, de abusos sexuales, violaciones, acosos a compañeras de trabajo y a alumnas, embarazos a alumnas, etc., por parte de profesores varones, que denostan el proceso de enseñanza aprendizaje en la escuela con la indiferencia de las autoridades.

Hace unos diez años, denunciamos en Santiago, el caso de tres adolescentes que estaban siendo abusadas por un profesor, de lo que se hiciera eco Freddy Beras Goico en su programa, concitando la atención del entonces encargado de esta regional y de la ADP. Pero todo quedó en la nada, hubo suspensión del agresor sexual, sin embargo, un tiempo después, supimos que fue repuesto.

En todos estos años, se han acercado a nosotras madres, maestras y profesores con conciencia, y siempre les hemos referido a la justicia, porque una violación a la ley 24-97, lo es al Código Penal y cualquier hecho acontecido y tipificado en ella, debe ser manejado por la justicia criminal, no por las direcciones ni por las autoridades de educación.

Pero nada ha valido, Señor Ministro. Actualmente conocemos tres casos de profesoras abusadas sexualmente por un mismo director, al parecer reincidente y que había embarazado a una alumna. Una de ellas, se atrevió a denunciar y querellarse en 2012 y eso ha sido su derrota: convertida en victimaria por todo el sistema, incluyendo a la ADP, fue condenada al ostracismo, al igual que las otras dos, pero mucho peor a ella por recurrir a la justicia ordinaria, como debía ser.

La “tradición” de encubrimiento en los crímenes sexuales en el sistema de Educación, se ha asentado en la impunidad total por el corporativismo entre los gerentes, directores, profesores y asalariados abusadores sexuales, que decide presentar a las víctimas que denuncian, como “locas”, “histéricas”, “obsesivas”, “provocadoras” y “trastornadas”, y una vez etiquetadas, las desmienten con la total complicidad del mismo Ministerio.

Y así no se puede, Señor Ministro, en un país donde la vulnerabilidad de las mujeres todas, se correlaciona directamente con la indiferencia de Ustedes, quienes gerencian y la permiten, y con la Asociación Dominicana de Profesores , nos seguirán matando.

El Nacional

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