¿Qué Pasa?

Al otro lado del mar

Al otro lado del mar

Teatro es búsqueda de las esencias de la vida. Teatro es investigación, descubrimientos, retos, valladares y llamados a acometer lo trascendente. Teatro es  reproducción de imágenes y palabras, en un nivel de estética que sin perder su vinculación con la realidad, la deglute en su previsible cotidianidad para darle rasgos estéticos de trascendencia.

Teatro y Pintura

Sobresaliente el uso de  reproducciones  en tamaño heroico de cuadros internacionalmente reconocidos y realizadas en Cuba por Omar Corrales y el Taller Luis Márquez de La Habana, correspondientes a Van Gogh, Viamicnk y Monet.

 Talentos de tres naciones se unen para provocar un impacto sentido por el público y que proviene de cuando el arte y la escena reclaman con fuerza la dignidad de un quehacer realizado a fondo con conciencia de la responsabilidad del hallazgo inicial, cuando un texto les desafío a todos, como es el caso de lo logrado por la salvadoreña Jorgelina Cerritos (Premio Casa de las Américas 2010).

Los actores

 Víctor Pinales y una Karina Noble, que logran en escena una relación artística que se siente en cada uno de sus pasajes emotivos, en cada uno de los procesos de enfrentamiento y acercamientos.

Víctor Pinales, como Pescador del Mar, y Karina Noble, como Dorotea, se enfrentan frente a la cuestion de la identidad como imperativo para ser, como requisito que plantea la burocracia oficial para ejercer derechos o acceder a servicios, dando como resultado la negativa de existencia a quien existe frente a nosotros.

Y más que el tema de la identidad, la pieza tiene como real telón de fondo, el urgente tema de la autodeterminación, y  la validez del ser.

Pinales está impecable, integral e intenso en su rol, como pocas  veces tan convincente, tan intenso y con tanta nobleza escénica.

Su histrionismo se desgaja particularmente en los procesos parlamentarios rápidos, sorprendentes. Noble,   resume responsabilidad histriónica y una veteranía que administra con luces de tonos acordados y con una gerencia audaz de los cambios de “momentums” en su Dorotea.

La escenografía toda conspira para unirse con fuerza a un espectáculo que es uno de los mejor de los presentados aquí por Martín Ríos, director.

Plástica y elusiva, penetrante, poéticamente sugerente, esta pieza  del tipo de aquella que  todos deberían ver cuando menos una vez al año.

“Quien tiene una esperanza, no muere” dice una de las frases poéticas más brillantes del texto sobrecogedor de la poeta y dramaturga centroamericana.

Un Apunte

Sigue en BA

Anoche, 89 personas fueron testigos de excepción de este montaje teatral. La obra vuelve a escenario hoy sábado y mañana domingo a las 8:30 de la noche. El público inteligente y sensible deberá llenar las funciones

El Nacional

La Voz de Todos