Ante el inminente retiro de la fuerza que integran los militares de varios países agrupados en la Misión de Paz de las Naciones Unidas (Minustah), grupos haitianos están organizando un Ejército, en un intento por sustituir la labor del organismo internacional, que ha podido ejercer cierto control al conglomerado humano que habita el vecino país, hundido por décadas en el caos, pues no existen reglas para la convivencia armoniosa y la interacción social.
Hace 22 años que el Ejército de Haití fue desmantelado, dado que solo servía para dar golpes de Estado y enriquecerse de negocios ilícitos, dando paso a la intervención militar norteamericana para controlar la vida desordenada de los grupos que se disputan la supremacía del crimen.
Posteriormente, Estados Unidos buscó el apoyo de otros países para formar la MINUSTAD, cuyos miembros abandonarán suelo haitiano dentro de poco, luego de 13 años regulando la vida social y política de sus ciudadanos.
Ante tal situación, centenares de haitianos se estrenan en Ecuador para revivir su ejército, sin que haya un plan claro sobre su propósito. Los líderes haitianos consideran que es vital contar con una fuerza de seguridad tras el retiro de los últimos 2,370 efectivos de los cascos azules de la ONU.
El secretario de las Fuerzas Armadas dominicanas anunció un reforzamiento militar en la frontera,a fines de impedir la posible estampida que se produzca en Haití,cuando no exista nadie que controle a las bandas del crimen organizado, que se dedican al tráfico de drogas, de armas y a la extorsión de los empresarios osados que tienen establecimientos comerciales.
Haití constituye un peligro permanente para la República Dominicana, puesto que no solo está en juego nuestra soberanía, sino la vida de los niños, mujeres y hombres que viven en este terruño, pisoteado durante 22 años por las huestes haitianas que trataron de borrar los vestigios de civilización de la época y sepultar nuestra identidad como pueblo.
Fue necesario el valor y el sacrificio de Duarte y sus hombres para lograr la independencia, y luego salir airosos en las batallas del 19 y del 30 de marzo, en Azua y Santiago, respectivamente.
Los haitianos pronto tendrán su ejército pero ya tienen aquí a miles de indocumentados que ocupan importantes porciones de nuestro territorio, y que eventualmente.
Se convertirán en soldados frente a un conflicto bélico, acontecimiento que no está muy lejos de ser, dado que los ilegales se exhiben con altivez, y a veces desafiantes, llegando a ultrajar la bandera Dominicana e imponiendo su cultura y costumbres en los lugares que están asentados.
Recientemente,el arquitecto Leopoldo Espaillat Nanita, lanzó su voz de alerta ante lo que llamó una conjura de Estados Unidos, Francia y Canadá para fusionar la isla, un temor que se abriga desde hace mucho tiempo.
