Día de los Padres
No crean que voy a valerme de un machepismo sentimentaloide para referirme a la gran diferencia que se dan en las celebraciones del día del Padre con el de las Madres, sin embargo, agarrándolo por los cabellos podré puntualizar que los hombres andamos detrás del Muffler en eso de consideración para querernos en base a los regalos que nos dan, no pasamos de medias, afeitadoras, pañuelos, pantalocillos, camisetas y prepararnos un almuerzo o cena de lo que nos gusta comer acorde a lo que la edad nos permita. No, no perderé el tiempo en un asunto que todos sabemos.
Si quiero escribirme, como pensando en voz alta, en cómo han cambiado los paradigmas para educar a nuestro s hijos en el mundo de hoy, la preocupació n fundamental de Lidia García “La Morena”, era que me rompiera un brazo o llegara “partío” por andar maroteando mangos, cazando ciguas, rolitas y tórtolas por los predios de lo que hoy son los Cerros de Gurabo con Melanio, el hijo de Rosa o uno de los “campunitos”, o cruzando desde “Villa Progreso” o “La Chiva” las alambradas de la finca de los Cokette que luego se convertiría en Villa Olga o correteando todos los callejones y patios jugando a las escondidas, a “Uno, dos, tres pisacolá”, vellugas en el patio de Manolito, a los vaqueros, con pelota de goma en medio de la calle y otros juegos más que nos mantenían ejercitándonos, construyendo amistades en el contacto personal cercano y que salvo contadas excepciones crecíamos teniendo como norte los valores de honestidad, sinceridad, responsabilidad, respeto a los mayores y una competencia sana por ser mejores.
Los ejemplos a seguir eran aquellos que se habían hecho famosos gracias a esfuerzos honrosos, al trabajo tesonero, al destacar en tal o cual deporte, figuras políticas marcadas por el desprendimiento y el sacrificio. Vivíamos aquellas noches interminables enrostrándonos una y otra vez los argumentos por los cuáles Marichal era mejor que Gibson, o Raphael que Sandro o Marlon Brando que Richard Burton, pero hoy son otras las perspectivas y el mundo mismo de nuestros hijos y la tarea para ser buenos padres. Las plantearemos en la próxima de “algo más que salud”.
