“Recojan, ganaron…”

A Freddy Ferreras. Escrito tres días antes de este 15 de mayo.

Pasaron las elecciones. Fueron como se previó; tal como vaticinamos hace dos años. Los que tenían más saliva… Seguiremos gobernados por los que han demostrado ser más pragmáticos. Muy pocas sorpresas y la gran mayoría de los congresistas reelectos tendrán la encomienda de mantener la claque de botellas a su rededor, no renunciarán ni al barrilito ni al cofrecito.
l presidente estará obligado, por lo compromisos asumidos por su elección con más del 60%, a aumentar el gasto social.

Tendremos que pedirle al Altísimo por los embates de la delincuencia, el caos de la Seguridad Social, y todos miraremos: ganados y perdidos al 2020 y querremos resolver lo que irá empeorando con proyectos de último minuto olvidando que un verdadero y honesto plan de nación, debe construirse con tiempo, a más tardar este mismo año, tal como planteamos en el 2012 de cara al 2016.

A inicios de los años 70s, mi mamá había construido una casa en Pontenzuela, más arriba de donde vivíamos en el barrio de Villa Progreso (La Chiva) en Santiago y la dividió en tres y me manda a mí, con unos 12 años, a cobrarle al señor que vivía en la del medio, este me “repagiló” argumentando que no tenía dinero para pagarle.

Dos horas después mi madre envía a Francisco, un enamorado de mi hermana 4 años mayor que yo, y este regresa con la misma respuesta.

Mi mamá se “enculilló” dejó lo que estaba haciendo y salió a cobrarle al caballero. Regresó más rápido que nosotros, con el dinero. Se negó a decir por qué le pagaron. Al mes siguiente volví a cobrar y el señor me tenía el dinero envuelto en papel de su ventorrillo, y al dármelo me dio la explicación del pago del mes pasado: “Ten, no quiero ver nunca más a tu mamá por aquí, que mujer más plebe dijo dichos por esa boca que aquí no entró un cliente en una semana”. Esta anécdota fue para no seguir con las elecciones en “algo más que salud”.