¡Adiós Alí!
Imediatamente me enteré de la muerte de Muhammad Ali, hace una semana, supe que él sería el tema de “algo más que salud” y así se lo comunique a mis compañeros Héctor Bidó y Héctor Reyes, pues en lo más de 30 años de esta columna lo que hemos tratado es estar de lado de las mejores causas y de quienes las enarbolan, para que sirvan de ejemplo a los que nos leen.
Otro de mis compañeros de promoción de “UASD 1983” compartió una entrevista jocosa, pero cuestionadora del sistema de segregación, que le hiciera la BBC en 1971, y aunque algunas acciones contra los negros han mejorado, hasta el punto de tener un presidente negro, la discriminación persiste y es bueno no olvidarlo.
Hace más de una década que me niego a ver deportes violentos, especialmente boxeo, pero no puedo ocultar que crecí identificado con las acciones de Muhammad Ali (antes Cassius Clay), pues él no tuvo más camino hacia la fama y el dinero que hacerlo desde el cuadrilátero; aun así supo darle a ese trabajo un sentido de respeto y ligarlo a la defensa de su clase, especialmente a los explotados y marginados. Es una pena que su principal enfermedad de fondo fuera producto de los golpes recibidos en su “trabajo”.
Sin llegar a posiciones extremas, su misma postura de negarse a enrolarse en el ejército y por consiguiente a la posibilidad de ir a combatir a Vietnam, aunque eso le costara que le despojaran su condición de Campeón Mundial de los pesos pesados, fue una gran lección para el mundo, “Ningún miembro del Vietcong me ha llamado nigger”.
Decente, apegado a la mejores causas sociales, fue ejemplo no solo ante los negros, sino para toda la sociedad norteamericana y el mundo. Bill Clinton, quien lo condecorara en 2005 dijo: “Hillary y yo estamos entristecidos por la muerte de Muhammad Ali. Desde el 1960, los fanáticos del boxeo en todo el mundo supieron que estaban viendo una mezcla de gracia y belleza, velocidad y fuerza, que no se equiparará jamás… y desarrolló convicciones políticas que lo llevaron a tomar duras decisiones y vivir con las consecuencias”.
