Opinión

ALGO MÁS QUE SALUD

ALGO MÁS QUE SALUD

¡No te rindas!

 

A mi mamá que llegó al mundo un 3 de agosto y se marchó sin avisar 4 días y 65 años después hace 21 años.
Cuando Lidia García decidió regresar a Santiago, a inicios de 1958, con dos muchachos a cuestas: una hembrita de 2 años y un varón de 7 meses, porque el hombre casado que la mudó a la capital no le daba un céntimo y si muchos tormentos, estaba asumiendo un postulado del que se han escrito millones de cuartillas: No dejarse vencer por las dificultades.

Llegó a su pueblo sin poder regresar a la casa de su padre, pues la madre de éste le había advertido que si se iba, con ese hombre, dejando a su novio de años, Jacinto el carnicero, no la aceptaría. Con el alquiler de una humilde casita y el iniciar de una nevera que le prestara su tía Cuca, y un acuerdo con “Machilo” el lechero empezó a labrar una vida exitosa de negocio criando sola esos dos muchachos y dos más que llegaron después. Ese varoncito de 7 meses es quien les escribe.

En 1997 un compañero de estudios del bachillerato y de la carrera de medicina de la UASD, que había emigrado a los Estados Unidos, recién hecha la Pasantía Médica en 1985, requerido por su esposa y quien había sido su novia desde la intermedia, se vio separado de ésta y sin contar con el calor de los tres hijos que habían procreado. Solo y asediado judicialmente, no se arredró.

No pudo ejercer como médico, pero se afianzó como profesor de matemáticas y veinte años después, además de formar una nueva y estable familia, ha sido reconocido por el Estado por su trayectoria como docente.

El, por su experiencia vivida, y al enterarse que yo sufría un percance similar, me mandó una imagen que se hizo popular en esa época todavía sin internet, que era una rana atrapada por una águila que a pesar de su condición había logrado agarrar con sus manos el cuello del águila. La imagen tenía esta sentencia: “No te rindas”.

En nuestro reciente libro pusimos una frase de Hellen Keller que a pesar de haber quedado ciega, sorda y muda a los 19 años siguió adelante construyendo una de las existencias más estimulantes de la humanidad: “Solo soy una, pero de todas maneras una soy. No puedo hacer todo, pero no renunciaré a ese algo que pueda hacer”.

El Nacional

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