Para el 2017
A Eduardo Aybar donde quiera que esté.
Dentro de tres días dejaremos el 2016. Por décadas he planteado deseos en este espacio para el año que entra. Es parte de nuestra cultura, es nuestra tradición. En muchos de los anteriores estuvo Cuba y Fidel, este se nos fue. En varios trabajos opiné sobre su partida.
Cité pareceres nuestros sobre él de 25 y 13 años atrás. Hoy, a 72 horas del 2017, quiero resumir mis anhelos para el año entrante reiterando lo que ha sido norte de esta columna y de mi misma manera de ver la vida e intentar vivirla: debemos hacerlo siendo honestos con nosotros mismos, como entiendo trato de hacerlo Fidel Alejandro Castro Ruz. Podemos aspirar a tener cosas, posesiones, fama, reconocimientos y todo se irá al vacío sino hemos estado conteste con lo que creemos, con nuestros principios, con los criterios de ser personas decentes.
Estando en salud mental somos o hemos sido infinidad de roles: hijos, hermanos, estudiantes, padres, trabajadores, miembros de entidades sociales, culturales, religiosas, políticas; y en cada espacio, en cada uno de esos papeles que nos ha tocado representar la idea es hacerlo de la misma manera, con el norte puesto en ser honesto a lo que se es y lo que se cree, ese es el cielo, ese es el Nirvana, ese es el encontrarnos con el yo interior.
Su grandeza estará en comprender lo que le corresponde y hacerlo bien, por insignificante que parezca. Fidel lo hizo en grande, siendo figura mundial, y eso le otorga un bono, pero es lo mismo en el que es ejecutivo de una empresa, taxista, agricultor, ama de casa, modelo, vendedor de aguacates o profesor de preescolar. Lo importante es ser leal a nuestros principios, y que no se lesione a terceros, como sigue intentándolo el que vuelve a reflexionar sobre ello en su 35vo. viaje al pico Duarte y que además escribe “algo más que salud”.
