Una mirada hacia dentro
El poeta Eduardo Díaz, un ser humano de luz, publicó el pasado 28 de Diciembre en su página de Facebook: “Sí, estoy de acuerdo con las duras críticas que se hace a las autoridades, en reclamo de que se manifiesten con mayor energía frente a la creciente ola de delincuencia que afecta a todos los estratos sociales, pero… no toda la responsabilidad es del gobierno.
Tú, que te enteraste de que ese compañero tuyo del colegio vive en una casa en Naco, Arroyo Hondo o en Metro, y no hay manera de que pueda justificar cómo la adquirió, pero te complace que te invite, y disfrutas de lo que te brinda, tú también eres cómplice de lo que sucede.
Tú, que conoces al funcionarito o la funcionarita cuyo salario no le alcanza para andar en la “Tahoe” que exhibe, y sin embargo, te encanta que te invite a Romana o Punta Cana, de fin de… Tú también eres cómplice de lo que sucede. Hubo un momento en que debiste decirle a tu hijo o hija “Mira, no me parece apropiado que te sigas juntando con fulanito o fulanita; tú sabes lo que hay…”. ¡No te quejes ahora! Siempre recordaré la anécdota de una querida amiga, de visita en Buenos Aires, que observó con sorpresa cómo prácticamente todos los comensales se paraban de sus mesas y abandonaban el restaurante donde cenaban, porque identificaron a uno de los responsables de la dictadura, que había llegado a cenar con su familia. ¡Eso debiste hacer hace tiempo con quien tú sabes!
Exijamos más energía al gobierno, pero tú, en tu partido, ¿no conoces a ninguno a quien debiste negarle el saludo hace tiempo? Las sociedades no se “descomponen” de la noche a la mañana. En la nuestra, el asunto viene de lejos. No te hagas el loco.
ualquiera de nosotros puede cometer errores, de humanos es, y se sabe. Pero otra cosa es que sepas que alguien cercano a ti se inscribió en el equipo de la corrupción, y sigas como si no pasara nada”. Respondo en la próxima de “algo más que salud”.
