Opinión

ALGO MAS QUE SALUD

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A la deriva

 

Ramón Peña fue un compañero que conocí compartiendo reuniones en el Comité Intermedio del PLD: “General Gaspar Polanco”, en un Comité de Base de Manganagua, barrio ubicado en lo que era el final de la 27 de Febrero a mediados de los años 80, y por afinidad en la manera de ver la vida, el manejo de principios de honestidad y una pasión por Juan Bosch nos hicimos amigos.

Perdimos el contacto hasta hace unos diez años en que me localizó tratando de interceder por un amigo que no salía bien parado en mi libro: “Narcisazo, ¿dónde estás?”. Ramón, fruto del trabajo y del ingenio en los negocios, ha construido una buena posición económica, pero sigue tratando ser una persona decente. Recientemente publicó en Facebook un video en el que se reconocen los aportes a la humanidad del inventor Nikola Tesla y destacaba como a éste se lo tragó un sistema que privilegia el afán de lucro por encima del servicio a los demás.

Ese mismo día, también por Facebook, mantuve un intercambio de opiniones con un amigo de New York sobre la pérdida de valores morales en nuestra sociedad, especialmente en el gobierno (Odebrecht, OISOE, CORDE, CEA etc.), y le dije que eso ya se refleja en la cotidianidad de nuestras vidas.

Te quiere engañar metiéndote aguacates o guineos dañados el que te los vende en el semáforo, confiando en que cuando te des cuenta ya haya cambiado la luz y no podrás reclamar, el mecánico que a sabiendas que no entiendes un carajo de eso te dice que tu vehículo daño piezas que te cobrara por sustituirlas sin ser verdad, igual el técnico que arregla lavadoras, equipos de música, televisores o cualquier cosa, andan tratando de arrancarle un brazo al primero que llegue, por igual empleados públicos de segunda y tercera categoría a los que debemos acudir procurando un servicio, las telefónicas en sus productos y en los minutos; y la consigna es que si lo hacen los de arriba, ¿por qué yo no?

El Nacional

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