Opinión

ALGO MAS QUE SALUD

ALGO MAS QUE SALUD

Fidel Mejía Ramírez

 

A las 10 y 18 minutos, del jueves de Corpus Christi, me llamó mi hermano Santiago Castro Ventura para comunicarme el fallecimiento de Fidel Mejía, uno de los seres humanos más nobles que he conocido. Las lágrimas me obligaron a terminar la llamada con “Chago”. De Fidel solo recuerdo cosas buenas, su inmaculado ejercicio profesional, su verticalidad en la política y el gremio médico donde fue Presidente y el propulsor y fundador de su Seguro Médico.

Tenía menos de un año arropado por una seria patología que le consumió, y me negué a verlo postrado en una cama, preferí conservar en mi memoria su imagen esbelta y musculosa que le permitió ser torpedero estelar del equipo de beisbol de la Universidad Autónoma y de la selección nacional.

Dos días antes de enterarnos de su partida le fuimos a ofrecer, precisamente a Santiago Castro, que fuera nuestra figura principal en la Edición del Día del Médico de la revista que lleva este mismo nombre, y como siempre se negó: la otra opción era Fidel.

No se pudo, pero en la próxima edición que saldrá encartada es este vespertino el 30 de Junio, “Día del Maestro”, publicaremos un trabajo sobre su vida de Santiago Castro, uno de sus entrañables amigos.

Fidel fue, con su hermosa existencia, como una ave extraña en nuestro mundo de hoy: respetuoso, tolerante, conciliador, un apasionado de las ideas y principios que abrazaba, honesto hasta donde hace daño y calificaba, con puntuación alta, para ser ubicado en el “club de los pendejos”.

Paz a sus restos, digámoslo, además con versos de Miguel Hernández, cantados por Serrat “Umbrío por la Pena”: “Umbrío por la pena, casi bruno, porque la pena tizna cuando estalla, donde yo no me hallo, no se halla hombre más apenado que ninguno… Cardos, penas me oponen su corona, cardos, penas me azuzan sus leopardos y no me dejan bueno hueso alguno. No podrá con la pena mi persona circundada de penas y de cardos: ¡cuánto penar para morirse uno”!

El Nacional

La Voz de Todos