El mes que viene esta columna cumplirá 26 años, y en casi dos mil artículos no debe haber cuatro en los que tratamos asuntos personales, pero hoy debo recurrir a un asunto que no es tan particular, porque es pidiendo para otros, y no me avergüenza. El pasado diciembre, a raíz de la visita de una delegación de jóvenes cubanos que nos acompañarían al pico Duarte, cuyos pasajes donó el Ministro de Deportes, éste nos invitó a su despacho, y compartimos un buen rato deambulando por variados temas gracias a la y al tiempo que no nos sentábamos a conversar.
Uno de esos temas fue nuestra solicitud de que fuera incluido en el programa Las Viejas Glorias el entrenador, dirigente deportivo y clubístico Carlos Cabrera, quien hace buen tiempo depositara su expediente y nos aseguró que fue recomendado favorablemente hasta el Despacho del Ministro. Carlos, quien se ha mantenido como persona decente y honesta, anhela ser llevado a este programa del MIDEREC, no solo porque cree merecerlo, sino porque implica un aumento en sus ingresos y cubrir costosos medicamentos que necesita.
El otro caso es de un reconocido entrenador de baloncesto del club de Villa Francisca, Juan Pablo Brito (Keko), quien hasta hace tres años no necesitaba dinero para realizar su tarea, que le permitió dirigir hasta el equipo de Baloncesto Superior de su club y la Selección de Baloncesto que ganó medalla de oro en los Juegos Nacionales de Monte Plata, pero en la actualidad y luego de que quebrase la empresa donde laboraba, requiere de la mano amiga del deporte.
Felipe Payano nos prometió que atendería ambos casos. Creo que sus múltiples ocupaciones no le han permitido resolverlos. Pero, como su entorno no permite acceder él, y no iremos a mendigarlo, se lo recordamos desde algo más que salud.
